Reteros sin Fronteras continúa denunciando la censura en China y pide ayuda a la comunidad internacional. Esta vez critica la situación en que se encuentran los presos de opinión chinos, quienes además de ser encarcelados ejercer un derecho fundamental son privados de otros derechos humanos como la asistencia médica. Algunos de los detenidos tienen un estado de salud grave y necesitan atenciones urgentemente. ¿Y los Juegos Olímpicos? No han servido de nada.
La ONG pide a la comunidad internacional y a los jefes de gobierno que van a acudir a la ceremonia de clausura de los Juegos Olímpicos que se movilicen para que dichos presos puedan recibir la atención necesaria. Hacen una mención especial a los casos de Huang Qi, Hu Jia y Sun Lin, quienes se encuentran en un estado de salud delicado. En China los derechos humanos brillan su ausencia, a pesar de todas las solicitudes internacionales para que se flexibilizaran las restricciones, con motivo de los Juegos Olímpicos.
Hasta ahora se había hablado de los derechos relacionados con la libertad de expresión, cuyo no cumpliento es grave, pero maltratar a los presos y negarles la asistencia médica que necesitan sobrepasa los límites. Mientras tanto el COI no se posiciona y sigue sumergido en la celebración de los Juegos de Pekín recomendando que se eviten las declaraciones políticas mientras duren los mismos. Y eso que ya van a cumplirse dos semanas desde el inicio de la cita detiva.
Reteros sin Fronteras les recuerda que la Carta Olímpica establece que hay que poner el dete ‘al servicio del desarrollo armonioso del hombre, con vistas a anar el estableciento de una sociedad pacífica, preocupada preservar la dignidad humana' y apunta que el COI no está haciendo nada para que en China se respeten los valores del olpismo pese a ser el país anfitrión de este año. Condenan además a las autoridades locales que niegan a los presos el acceso a los tratamientos que necesitan y piden su libertad inmediata.
En un comunicado dan nombres y apellidos de los presos que están sufriendo, de una manera u otra, maltratos en la cárcel. Huang Qi, detenido posesión ilegal de ‘secretos de estado' sufre graves dolores y no le permiten la excarcelación razones humanitarias. Hu Jia, detenido ‘incitación a la subversión del poder del Estado' carece de atenciones a su enfermedad hepática. Sun Lin, detenido ‘posesión ilegal de armas' ha sido maltratado en la cárcel, los golpes le han ocasionado una considerable pérdida de vista y padece fuertes dolores de cabeza. Su familia ha pedido que le vea un médico, pero se lo han negado. Los tres ejercían su libertad de expresión en sitios de Intet. Sun Lin era un colaborador regular del sitio informativo de Intet Boxun, y fundador del periódico, ahora prohibido, Da Du Shi.
Al abogado y ciberdisidente Yang Maodong, detenido alteración del orden público, le han maltratado psíquicamente y le han sometido a tortura eléctrica, según su mujer. Ahora se niega a comer en protesta sus condiciones de detención. A Hada, director de la publicación The Voice os the Southern Mongolia, le maltratan con frecuencia en la prisión. Lleva cerca de un año sin ver la luz del día, no tiene derecho a hablar ni a leer y no se fía de las medicinas que le dan en la cárcel. Estos casos no son aislados son la muestra, con nombres y apellidos, de la situación en un país que no respeta los derechos fundamentales y que sin embargo es arropado la comunidad internacional.
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