Las falsificaciones de los productos farmacéuticos representan entre el 6 y el 8 ciento del mercado mundial, un negocio que mueve entre 15.000 y 20.000 millones de euros al año en todo el mundo, aunque se espera que en dos años alcance cifras de 35.000 millones de euros, según datos presentados en el VIII Encuentro de la Industria Farmacéutica, organizado la Universidad Internacional Menéndez Pelayo de Santander.
A pesar de estas preras cifras, todavía ‘no se conoce la magnitud creciente del problema' ya que se trata de un fenómeno ‘relativamente nuevo, relativamente nuevo, difícil y complejo de detectar, muy lucrativo, globalizado, sobre el que no hay suficientes políticas públicas globales', para el que todavía existe un marco legal débil.
Este problema de falsificación afecta especialmente a los países en desarrollo, donde el volumen de las estafas alcanza hasta el 50 ciento de su mercado. En los mercados industrializados, es el 1 ciento el que se encuentra afectado las falsificaciones.
Ante esta situación, la industria farmacéutica se ha marcado como objetivo prioritario la protección de la salud pública y de los pacientes, pero también la defensa de sus valores en materia de propiedad industrial y de su mercado. Por ello, propone que los distintos agentes plicados asuman responsabilidades compartidas para que se puedan tomar medidas efectivas que permitan erradicar este problema.
Entre estas medidas, el director general de Farmaindustria, Humberto Arnés, ha señalado el desarrollo de una legislación europea que tipifique los delitos falsificaciones, el desarrollo de sistemas seguros de identificación que sean universales, lograr la máxa transparencia en los canales de distribución, formar a las autoridades aduaneras, e informar a la sociedad sobre los riesgos que plica esta actividad.
La industria farmacéutica insiste en la necesidad de que se articulen los mecanismos para garantizar un suministro seguro de medicamentos. Asismo, demanda que se actúe en la cadena de distribución del medicamento prohibiendo el reempaquetado terceros, haciendo auditorías, clarificando la responsabilidad de todos los agentes que intervienen, notificando inmediatamente a las autoridades los productos falsos detectados, revisando la legislación sobre comercio paralelo, y estableciendo un sistema único de codificación.
Por últo, como medidas complementarias a éstas, Humberto Arnés propone la adopción de medidas penales daños a la salud, la intervención en la venta de medicamentos Intet, la aplicación de medidas legales aumentando los recursos técnicos y humanos disponibles y la adopción de acuerdos internacionales en esta materia.