Han venido todos volados… volados a sus lugares de trabajo luciendo o no rostros relajados de color bronce. ¿Cómo no decir dónde has estado? Aunque haya sido en el parque del Retiro como solía hacer en tiempos un Rey. Colores perfectos para un país perfecto que suma y sigue cuando habla de problemas. Las cuestiones tantes se mezclan con las estupideces que florecen en un mes en el que jamás debes enfermar, tu bien. Los cien mil parados más hacen que este mes, haya sido de narices.
Además, si fuera poco, Letizia ya no tiene una nariz real. Mis compañeros de la otra prensa ya tienen folios en blanco para rellenar. La joven asturiana es una persona distinta de aquella que conocos en la pequeña pantalla, aquella que irrumpió con un ‘déjame hablar' y el príncipe resultó ser azul. Ellas también heredan aquello del bisturí y si pueden no ser reales y mejorar la especie, también se apuntan al carro del cambio de look. Especulación va, cotilleo viene, pero entre ustedes y yo, queridos lectores, ¿quién es auténtico hoy en día? El ‘copypaste' empieza a ser normal entre los operados. Toque usted el género antes de llevárselo, a cala y a prueba, señora, como los melones.
Para melones los que hemos visto este verano en la prensa de papel couché. Bikinis, trikinis y sin inis, todas ellas liposuccionadas, destetadas a lo Umbral y ellos, ¿qué me dicen de esos torsos? ¿Dónde los trabajan para lucir tan bellos? Como dicen en las fotonovelas…
Zapatero vuelve al ruedo con el tono debido de la brisa marina. Además se apunta a un bombardeo y nos demuestra que los Picos de Europa no son nada, que se lo digan a la que es oriunda de allí, que de paso, da la casualidad que es princesa, vamos, un escalador de narices. Como lo hiciera José Tomás tras su gravísa cogida, retorna al ruedo del desastre. Media España sigue en fiestas a preros de septiembre y la otra media de ocho a tres. El resto, si queda alguien, usted o yo, a la patera mil eurista que empuja el país a la deriva. La charanga y pandereta luce entre vaquillas y aguardiente, en ferias populares cercanas a su ciudad. Ya vendrán los lloros y los lamentos, mientras haya toros y pa vino… Playas vacías en el norte y apiñadas en Levante, todos al mismo colchón. Mucho camping y poco lujo en este agosto de narices en el que despedos a personas que debieron volver a la vida y ahora yacen en paz. Se nombran hechos, cuestiones, se piden comisiones, Magdalena vuelve ojerosa a dar fe de su gestión, y suma y sigue a sus desastres. Personas que querrían quejarse volver de vacaciones, gentes que no tuvieron una otunidad y quizás, ese fue su día. En ese instante, tal y como reflejó la ministra, con el minuto contado para pasar a la otra vida. Y ésta sigue, como verán. Ya no se dan titulares al respecto. En cambio la nariz de Letizia aún nos durará años hasta que no recordemos quién fue.
Ya podemos respirar tranquilos, hasta Ella lo hace. Si Alteza, lo digo Usted. Fin del trayecto, aparquemos el Fortuna y otros a buscar fortuna con mil euros, el que los tenga. Este año, este curso, ¿será tal vez mejor? Teresa, no lo veo, pero te espero. Cospedal, moderada, ataca de nuevo. Rajoy, ¡vuelve a la palestra! La vida sigue, repito, ¿no era eso? Y si quieren seguir con la boca abierta vayan a visitar el Museo Victoria & Albert y vean la lengua de los Rolling Stones y si no han tenido bastante, sepan que los cuernos vienen de un gen, el AVPR1A, parece el localizador de un vuelo pero con gracia que los cuernos duelen al salir, pero ayudan a comer, y dados los tiempos que corren… Y si no han tenido bastante sugieran a George Clooney una cena a su vera, 7000 euros la tendrán.
Yo decía de narices, pero vamos a quedarnos en pelotas. No piensen mal: a las que vos en Pekín o Beijing como ustedes prefieran le sumaremos las del Principado. Asturias, patria querida, ha confirmado que Nadal es un chico de pelotas y se merece un Príncipe de Asturias. Te lo has ganado de narices y te lo entregarán con una recién estrenada. Gracias darnos tantas satisfacciones. Como decía Humphrey, ‘siempre nos quedará Nadal'. París, nos pilla muy lejos. Hasta entonces, nos quedaremos en un prau, si lo prefieren.
Feliz regreso, queridos lectores.
ANA DE LUIS OTERO, DIRECTORA '¿QUÉ DICEN?'