Expo Agua cerraba sus puertas este domingo, y con ello dejaba atrás más de noventa días en los que la capital aragonesa se ha situado en el epicentro informativo. A pesar de que el balance ha sido positivo, el propio alcalde ha reconocido que la comunicación hacia el exterior ha fallado, lo que explicaría en parte el millón y medio de visitantes menos respecto a las previsiones iniciales.
‘La Comunicación exterior podría haber estado mejor'. Esta frase, pronunciada el alcalde de Zaragoza, Juan Alberto Belloch, puede servir para hacer balance de la repercusión de la feria: excelente en el ámbito local, bien a nivel nacional y discreto en la escena internacional, en la que seguramente la celebración de los Juegos Olímpicos durante el tramo final habrá tenido algo que ver.
Sin embargo, las alarmas ya sonaron hace apenas un año, cuando la red independiente de Relaciones Públicas IPRN formada las españolas C&IC y Luca Comunicación Corativa dejaba de manifiesto la tarea que tendría ante sí el equipo dirigido Antonio Silva (de las cincuenta empresas presentes, solo una estaba al corriente de que en Zaragoza se celebraría la Expo). Quizás hubiera sido ese el momento de actuar, y contratar los servicios de una consultora multinacional que pudiera dotar de resonancia internacional al proceso, una vez que la repercusión a nivel nacional y local estaba más amarrada.
Durante los últos meses, un equipo de 25 personas ha conformado el área de Comunicación de la Expo, dividida en cuatro departamentos (prensa nacional, internacional, producción de radio/televisión y atención logística a medios). A ellos habría que añadir a DDB (encargada de la creatividad) y Media Planning (compra de medios).
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