Zapa ha vuelto del moro y se ha subido a la tribuna. Lo de Lehman Brothers le ha venido como chilaba en Ramadán. Ya tiene culpable. Mejor, culpables, que como son ‘brothers', lo menos serán dos. Mucho mejor. Zapa ha asomado la cabeza y ha dicho aquello de ‘ya lo decía yo', que hasta ahora era frase de Julio Anguita, o de algunos presidentes retirados, de los que no hacen abdominales. Por cierto, hay que ver, la leyenda que han hecho con Aznar. Y luego me decían a mí que era partidario. Una cuadrilla de pelotas en Zeta y en Prisa le han convertido en un Adonis, spático, ligón, seductor, un rompecorazones, un don Juan, el terror de las cancillerías.
Zapa no es así. El se va al moro, sin que esto quiera decir que tenga otras inclinaciones las que pueda ser publicitado como ‘latin lover'. Bastante trabajo tiene con encontrar a quien ha montado todo este lío de las ‘subpre'. Ahora parece haberlo encontrado. Desde Europa se señala a España como el lastre de la economía europea, y desde España se pone el dedo en los Brothers como responsables de todo este lío. Y en algún lugar hay un tonto que señala a la luna como el farol que alumbra nuestras noches, mientras las grandes aseguradoras americanas buscan pasta para escapar de la quiebra.
Consolado Zapatero, lo de Lehman, más que lo turco, ya puede volver a su siesta, que no hay nada que hacer. La única tarea del gobierno es repartir la caja, pagar subvenciones, mantener la lluvia de dinero para el cine patrio, y acusar al PP de racista. Ese es todo el programa gubernamental. Para lo demás, Onduline bajo teja.
ALFREDO URDACI, PERIODISTA
