¡Cuánto nos gustan las apariencias! Hay quien se cree más listo hacerse llamar doctor, más tante que en sus tarjetas figure un cargo de dos líneas en inglés, más interesante adornar su apellido con una preposición… pero siguen siendo igual de tontos, igual de insignificantes e igual de anodinos, que, una vez más, la sabiduría popular tiene razón y se comprueba que, el hábito no hace al monje. El últo en sumarse a la lista es un conocido doctor, que no se ha conformado con la preposición, sino que además, se ha añadido un artículo. Y como dijo Massiel: la la la la la la la la…
Los murciélagos nunca duermen