La Academia de TV convocó un debate para resolver entre otras, esta duda. Varios periodistas y asesores que han seguido de cerca las elecciones estadounidenses se reunieron para descubrirnos qué nos interesan las elecciones americanas.
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Indira García, jefa de Internacional de Antena 3, es quien nos aclara, datos en mano, que a los españoles sí nos interesan este tipo de contenidos informativos. Se avala en el 16% de cuota de pantalla y en los 205 mil personas que de madrugada, ‘a horas intempestivas', estuvieron siguiendo el prer debate en Antena 3 (eso sin contar con el otro tanto que lo vio desde TVE: 146.000 personas, más quienes lo siguieran CNN+). Indira da paso en su intervención a algo que se va a repetir durante el debate: ‘no ta lo que se dice, si no cómo se dice', en este caso se refiere a Sarah Palin, todo un anal mediático. Nos cuenta la tancia que en Antena 3 se le dio sobre todo a la forma: se preocuparon de encontrar a los traductores perfectos, buscaron a un asesor de agen para que analizara el vestuario, los gestos, etc. En todo caso la conclusión de Indira es que ganar un debate no significa ganar las elecciones, pero queda patente que es un paso tante.
Martí Anglada, jefe de Internacional de Televisió de Catalunya, habló de la tensión entre los formatos y lo contenidos que permiten aflorar. En este sentido comparó el prer debate con el tercero. En el prero los candidatos se movían, hablaban con la gente, en definitiva tenía un formato más atractivo. Pero los candidatos estaban más pendiente de sus movientos que de lo que decían, la concentración no era la misma que en el tercero, en el que ambos estaban sentados y en el que se trataron temas más interesantes e tantes. Anglada concluyó haciendo alusión a la espiral del silencio al decir que una parte tante de aquellos que en las encuestas se manifiestan como votantes de Obama, lo hacen miedo a ser considerados racistas de lo contrario y lo cifro en un 6%. Por eso para el periodista es menos comprometido contestar ‘quién ha ganado el debate'.
Carmen Pérez, corresponsal de Internacional de Cuatro y CNN+, afirma que los debates, lejos de servir para cambiar la opinión del electorado, lo que hacen es hacer que se intuya cómo van a ser las decisiones del futuro presidente de los EE. UU, algo que también va a afectar a España. Por eso, nos explica, decidieron emitirlos y acompañarlos con la opinión de expertos. Además, se trata de unos debates que interesan, eso lo demuestra la audiencia que tuvieron en EE.UU: el debate de los vicepresidentes batió records, lo siguieron 70 millones de personas.
Los debates están condicionados la televisión, en esto están de acuerdo todos los asistentes. Los políticos saben que es a través de este medio como se dan a conocer, y eso deben manejar el lenguaje no verbal y tener telegenia, y ejemplos de esto se escucharon muchos, el más conocido: Kennedy contra Nixon. Carmen Pérez nos explica que eso los mensajes se fragmentan, son cortos y claros, que los políticos saben que la audiencia ve el debate de forma fragmentada (mientras también ve una serie o un partido).
Daniel Ureña, socio director de Mas Consulting Group España y columnista de ABC, reafirma esta idea diciendo ‘hoy la política tiende a la videopolítica'. Reflexiona sobre el cambio que ha habido en la comunicación política: antes se basaba en la razón y en la palabra y hoy es más emocional. Por eso cobran fuerza los relatos de Joe el fontanero y de la niña de Rajoy. Los debates tienen audiencia que cada vez más son un espectáculo, son un show televisivo, eso los políticos ‘tienen que aprender los códigos que funcionan en televisión'.
Luis Arroyo, consultor político, nos cuenta que los debates no son de temas ni de asuntos, si no de carácter. Vuelven a ser protagonistas la niña de Rajoy y Joe el fontanero, que sirven para ‘personalizar las historias y poner caras', aunque reconoce que la niña de Rajoy fue ‘una tontería mal recomendada'. Esto sirve para volver a insistir que hoy en política ‘lo interesante pra sobre lo tante'.
Carlos Malo de Molina, director de Sigma Dos, se centra más en el caso español. Habla de los debates del 93 y del tiempo que hemos perdido. Hace mención al arrepentiento de Rajoy al negarse a debatir, algo que contribuyó seguro a que perdiera las elecciones. ‘Los debates ahorran dinero, ahorran campaña, y tienen bastante audiencia' afirma. Reconoce que son tantes para las elecciones, pero no siempre quien gana el debate resulta vencedor, a veces es incluso negativo. Pone como ejemplo a Aznar, el hecho de verlo como ganador en los debates dio miedo a ciertos sectores, y esto no le benefició.
Ricardo Vaca Berdayes, presidente de Barlovento Comunicación, afirma que ‘estamos en una sociedad televisiva, no mediática'. En su opinión el resto de medios circulan en torno a la televisión, la complementan, pero está claro cuál es el más influyente de momento.
Manuel Campo Vidal, presidente de la Academia de Televisión y moderador del prer debate entre Rajoy y Zapatero dijo que tuvo claro que habría debate después de 15 años cuando Rajoy dijo que se equivocó al no aceptar el debate de 2004 y después del programa ‘Tengo una pregunta para usted'. Todos los asistentes al debate coincidieron en que los debates son fáciles, y que un programa como este o una entrevista en pre te pueden ser mucho más comprometidos. En opinión de Vidal los debates son tantes para anar a la participación y para conocer al candidato, no para conocer el resultado.
Una opinión generalizada es que los debates son necesarios, nos interesan, nos influyen, pero pese a todo, pese a que vehiculen un medio tan atrayente como la televisión, no nos condicionan, en todo caso refuerzan nuestras ideas. Algo así como ocurre con las noticias, cada espectador se engancha al medio que las expone según su misma ideología, de manera que no cambian nada. En definitiva, la ra dice que ganará Obama.
Seguiremos informando…
