En la Tierra a miércoles, diciembre 17, 2025

La distracción es la segunda causa de siniestralidad vial en las carreteras españolas

Ir cambiando continuamente la música del equipo, manipular el GPS, charlas con el acompañante y hablar el teléfono móvil. Estas son algunas de las distracciones más frecuentes que hoy hoy se suelen cometer al volante. En definitiva, un conjunto de acciones que no debemos realizar durante la conducción y que pasamos a enumerar. Y es que, aproxadamente un 35% de los siniestros tienen como causa una distracción del conductor.

De hecho, este tipo de distracciones son la segunda causa de siniestralidad vial en las carreteras españoles. Además, un tercio de los accidentes que se producen en España se derivan de una momentánea disminución de la atención del conductor a la carretera o el manejo del vehículo. Por su parte, Etrasa, editorial del Grupo Springer Verlag ha enumerado las diez distracciones más frecuentes al volante. Tal y como ha asegurado Efa Roldi, directora general de la editorial, ‘una disminución de la atención durante el proceso de conducción, muy breve que sea, puede desembocar en un accidente mortal'.

 

DIEZ DISTRACCIONES QUE HAY QUE EVITAR

Manejar el equipo de música o la radia durante el trayecto. Maniobras como esta hacen que desviemos nuestra atención de la carretera. A pesar de que muchos vehículos incoran la posibilidad de cambiar nuestra emisora o subir el volumen a través de los mandos situados en el volante, la atención del conductor disminuye igualmente.

La configuración del GPS. La dirección o ruta a seguir deben ponerse ante de cada trayecto.

Conversar con el acompañante. Y es que mientras que charlamos se suele desviar la mirada hacia la otra persona, algo que nunca debe ocurrir mientras conducos.

Comer o beber. De hecho, ingerir alentos o bebidas en el vehículo dificulta la capacidad de conducción. Es aconsejable que el conductor tenga las dos manos puestas sobre el volante. En caso de beber o comer, sólo quedaría una, la cual no podría reaccionar en caso de encontrarnos con un altercado inesperado.

Tampoco se debe fumar, ya que hay que sujetar el cigarrillo y se vuelve algo incompatible con la conducción.

Recoger un objetivo que se nos haya caído el interior del vehículo o buscar algo de la guantera. Estas acciones nos obligan a retirar la mirada de la carretera.

Hablar teléfono móvil. Está confirmado que esta actividad aumenta el tiempo de reacción en 0,7 segundos y que el riesgo de tener un accidente aumenta de 5 a 10 veces. La capacidad de conducción durante el transcurso de una conversación telefónica es equiparable a la de un conductor con una tasa de 1 gramo de alcohol / litro de sangre.

Maquillarse. Aunque parezca insospechado, muchas aprovechan su estancia en el coche para retocar o conformar su maquillaje. Una acción que altera nuestra concentración.

Observar otros accidentes. Y es que se ha convertido en algo  bastante común el hecho de que el resto de conductores incluso se paren para observar un accidente durante el trayecto.  Con esta práctica se altera el transcurso y ritmo normal de la conducción.

Llevar anales de compañía. Actualmente y siguiendo la normativa, los anales debe estar en un espacio separado del conductor. De hecho, el vehículo debe tener una estructura metálica que los mantenga alejados. Y es que pueden llegar a distraer al conductor.

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