En la Tierra a martes, diciembre 16, 2025

‘Los actos de los gestores de Vocento les retratan como incompetentes en el sector’

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REVISTA DE PRENSA La entrevista que concedió José Antonio Zarzalejos a la revista del Colegio de Periodistas de Catalunya ha sido la comidilla del mundo periodístico. En prnoticias os ofrecemos la versión íntegra del texto para que saquéis vuestras propias conclusiones. Una entrevista que no tiene desperdicio en la que, además de denunciar las presiones de Esperanza Aguirre, Zarzalejos recuerda su traumática salida de ABC.

Tras ocho años en dos etapas distintas como director de ABC, José Antonio Zarzalejos fue cesado de su cargo el pasado mes de febrero. Se había negado a  secundar  las teorías conspiratorias del 11M y apostó el sector más moderado  del PP, convirtiéndose en objeto de las iras de Jénez Losantos; el  rotativo  acusó las críticas con un bajón en sus ventas. Alejado de las redacciones,  este  periodista  vasco  recibe  a  Capçalera sin pelos en la lengua.  En esta entrevista detalla las traiciones, las presiones políticas y las estrategias empresariales del grupo Vocento que rodearon su cese.

Ya  han pasado ocho meses desde que finalizó su segunda etapa como director de  ABC. ¿En su nueva etapa profesional como vicepresidente ejecutivo de la consultoría Llorente & Cuenca se encuentra más relajado, más tranquilo?
Es  otra  vida,  un  ritmo  distinto.  Ahora,  en  lugar  de ir a cinco mil revoluciones, voy a dos mil. Estoy en el mundo de la comunicación, pero con un  diapasón  más  bajo.  Y eso me permite complementar con más lecturas de libros  e  incluso  poder elaborar un libro que estoy en una fase puramente preparatoria, de documentación.

¿De qué trata?
Es  un  ensayo  sobre  el  poder  de la derecha española, que aborda cuatro bloques  (el  poder  de  la  Iglesia,  de  los  medios de comunicación, del empresariado  y  el poder político). Sobre el poder de la Iglesia tengo que indagar  en  su  trayectoria  desde  principios  del  siglo pasado hasta el presente, particularmente en la época previa a la República. En el caso del empresariado  y  los medios es algo diferente, que es más actual y no me tengo  que remontar tan atrás. Y en el caso del PP, llego hasta el Congreso de Valencia, hasta donde había habido una clara involución que yo llamo 'La involución del 11M'. Esta involución trae su causa en un escenario próxo como es la propia involución de Aznar. Y esta tarea la hago sultáneamente a  la  de la consultoría, de la que soy vicepresidente ejecutivo y llevo la dirección  de cuentas. Es un trabajo activo, aunque insisto en que no es el ritmo  del  día  a  día  de un periódico. Me considero afortunado que he salido  de  un  medio  y  he  encontrado  un  trabajo  relacionado  con  la comunicación  que me permite bajar el ritmo y alejarme durante un tiempo de los medios de comunicación.

Alejarse de los medios, del periodismo diario… a veces es necesario, ¿no?
A  mí me parece prescindible para regenerarse. El otro día estuve cenando con un ex director de un periódico muy tante de Barcelona que me decía que  cuando sales de la dirección de un medio notas un gap. Porque se había establecido  tal  distancia entre la realidad del día a día y tu actividad, tu  posición,  que  es una posición dominante, que lleva un tiempo recorrer este  gap.  Y yo lo estoy recorriendo a una velocidad alta. En este momento ya  me he quitado las hipotecas que comtaba la dirección del periódico y empiezo a ver la vida más como un ciudadano normal.

Ha bajado de la nube.
Sí. Este gap tiene que ver con pequeños y grandes detalles. Yo hacía muchos años  que  no  cogía  un  autobús.  O que no hacía cola en el teatro. Antes bastaba  con  querer  ir  al  teatro  para  que un motorista me trajera las entradas al despacho.

Bienvenido a la humildad.
Bienvenido  a  la  ciudadanía.  A  mí  quizás me ha costado menos de lo que algunos  esperaban, que era consciente de que estaba en una situación en la  que  pendía  de un hilo que podía romperse en cualquier momento. Era un hilo  finíso,  casi  perceptible,  el  de  la confianza de una serie de señores.  Y yo sabía que cuando esta confianza se rompiera, como finalmente ocurrió, evidentemente mi posición sería la más débil. Y como que no estaba dispuesto  a  cambiar  mis  criterios  para  retener  la  confianza  de los editores, sabía perfectamente que este hilo no iba a tardar en romperse.

¿Está dolido cómo fue todo?
Mi trayectoria personal y profesional en ABC merecía que mi cese, en lo que respecta  a  las  formas,  se  hubiera producido de una manera radicalmente distinta.  La  empresa  que  te  hace director de un medio también tiene el derecho de cesarte las razones que consideren otunas. Pero cuando un director está al frente de un periódico como ABC merece ser tratado con una mína  deferencia    su esfuerzo y su trayectoria. Yo fui objeto, o mejor  dicho,  fui  vícta,  de una auténtica encerrona. Fui llevado a una reunión  mediante  engaño  y  no  tuve  tiempo  ni  para  despedirme  de la redacción.  Mi sucesor estaba al otro lado de la pared. A mí me pareció que era  una  forma que tiraba la ventana muchos años de formas de hacer de ABC  y que decía muy poco de la  categoría de los gestores que habían hecho eso.  Y   decía menos de lo que yo pensaba de  los que consintieron que las cosas  se  hicieran así. En este sentido, dolido no es la  palabra. Digamos que estoy indignado y decepcionado con esas personas. Pero también creo que las  formas  que han utilizado conmigo, y que luego han utilizado con otras personas, tarde o temprano se volverán contra ellos.

¿El tiempo pondrá las cosas en su lugar?
Apenas  han  transcurrido unos pocos meses, pero dejemos que transcurra más tiempo  y   las cosas se podrán en su lugar. No tengo ninguna objeción a mi cese,  pero  creo  que  las maneras fueron absolutamente indignas. En aquel engaño participaron cuatro o cinco personas, tres de las cuales consideraba amigos  míos, no tan sólo desde el punto de  vista profesional sino también personal.  Y  ahí es donde viene la decepción. Respecto a los profesionales que  no eran amigos míos pero que tenían que ejecutar mi disión, creo que han  resultado ser unos incompetentes. Y no pienso callar, que fue hecho con  una  factura absolutamente inédita que desmerece a la empresa a la que pertenecen.

No piensa callar pero tampoco ha ido propagándolo a los cuatro vientos.
No, que tienes que encontrar la persona y el medio de comunicación donde te apetezca contarlo. Probablemente te lo explico a ti que he tenido una experiencia previa de contarte otras cosas tantes sobre mi experiencia en  el   11M  (véase  dossier  especial  "Historia  de  una conspiración", Capçalera  139)  y  me he visto bien reflejado. Entonces, cuando tienes una experiencia  positiva, de rigor, reincides en aquella persona. Desde luego, lo  que  estoy  diciéndote  a ti y a la revista del Col·legi de Periodistes probablemente  no  lo diría a otro medio, ni tampoco a otra persona. Y esto te  lo  digo  con  absoluta  sinceridad.  Ha  habido  mucha gente que me ha tentado,  no sólo para hablar sino también para escribir. Podría contar más cosas  y  no  lo  hago,  pero  ya  las contaré que todo esto ha sido una historia  muy  grave dentro del periodismo español. Se debe tener en cuenta que  a  los  tres  días  de  ser  cesado  de  ABC, llegan el director y dos subdirectores del periódico de la competencia, La Razón, sin haber avisado. Es  decir,  con  las  mismas prácticas absolutamente heterodoxas que rompen todas  las  normas de cortesía, de compromiso, del sector mediático. Y, lo tanto, consolida una forma de hacer de los actuales gestores de Vocento, particularmente del consejero delegado y del director de medios nacionales, que les retratan como unos incompetentes para convivir en el sector. No son personas  fiables.  Después  ha  resultado  que  ha  habido  también  otros episodios  como  el fichaje frustrado de Carlos Alsina Punto Radio. Ahí también se rompieron estas reglas de compromiso y cortesía. Pasó, entonces, conmigo, con La Razón y con el grupo Antena 3Onda Cero.

Los  que  no  se  han  callado han sido los tribunales que el pasado mes de julio  le  dieron la razón en su demanda los daños morales causados los  insultos  de   Federico  Jénez Losantos contra su persona durante su segunda etapa como director de  ABC.
Algo  hemos  avanzado  que  el  hecho  de  que  RuizGallardón ganara su querella    injurias  y que yo ganara mi demanda son dos precedentes que marcan  la   línea en la que la justicia dice 'hasta aquí'. Ahora habrá que ver  cómo  las  sucesivas  instancias  completan estas sentencias. Yo estoy absolutamente convencido de que serán ratificadas íntegramente.

Pero  no  deja de ser triste que esta línea la deba marcar la justicia y no la  profesión misma.
Cuando se dice que el honor no vale nada y que todo esto se debe solucionar entre  periodistas,  yo  me  pregunto,  ¿debo  contestar a un difamador con difamacions?   ¿O  debo  apelar  a  mi  carácter  de  ciudadano  que  tiene determinados  derechos  protegidos    la  Constitución como el honor, la intidad  y  la  propia  agen?  Si  él  me llama 'sicario', 'detritus' o 'retrasado  mental',  ¿yo  también  tengo  que  llamarlo así? Si lo hiciera estaría a su altura y lo últo que querría en mi vida es estar a la ínfa altura moral e intelectual de Jénez Losantos, que este señor tiene una sentencia que lo califica como injuriador, y otra, como difamador.

En este sentido, ¿el tiempo también pone las cosas en su lugar?
Sí,  pero  para  aquella  demanda  no tuve ninguna ayuda de ABC en términos morales.  Es  más, la empresa me negó la asistencia de la asesoría jurídica del  periódico  a  la hora de  interponer la demanda, y finalmente tuvo que hacerlo  un  abogado  externo,  Ignacio DíezPicazo, catedrático de derecho procesal y letrado excedente del Tribunal Constitucional.

¿Con qué argumento le negaron la asistencia?
Con  el  argumento  de que mi demanda podía interferir en la demanda que la empresa  había  interpuesto al Tribunal de Defensa de la Competencia contra la  COPE  y Jénez Losantos. Pero eso es falso partida doble. Prero, que  desde  un  punto  de  vista  técnico  la  demanda de la empresa era mercantil  y  la  mía  era  civil.  Y  en  segundo  lugar, que el actual consejero  delegado ya tenía pensado pactar el desistiento de esa demanda con  la  emisora  de  la  Conferencia  Episcopal.  De  hecho, la demanda de Vocento contra la COPE y Jénez Losantos está paralizada.

Lo que convertía a su demanda en una china en el zapato de  la  empresa.
Era  un problema dentro del pacto de apaciguamiento que quería conseguir el consejero delegado con la COPE. Desconozco si lo ha conseguido, aunque creo que  sí  que, efectivamente, lo que ha hecho ha sido pactar con Federico Jénez  Losantos y Esperanza Aguirre, llenar el periódico de promociones y darle  un  giro a la redacción humillando a los profesionales con más larga trayectoria en ABC.

Recopilemos  un  poco.  En  diciembre de 2005 usted inicia su segunda etapa como  director  de  ABC  y ya advierte de que no se repetiría respecto a la prera  y que quiere adaptar el rotativo a los nuevos tiempos. ¿Se refería a   la   sombra  de   Ansón y a aquel conservadurismo de corte más clásico, mientras  que  usted  apostaba un liberalismo más moderno, pragmático y europeo? ¿O es esto un reduccionismo?
No,  no  es un reduccionismo. Cuando empiezo mi segunda etapa como director del  diario, ya se ha iniciado la prera legislatura de Rodríguez Zapatero y  ya  se ha desatado toda la trama del  11M, y sobre todo la oposición de Zaplana,  Acebes  y   Esperanza  Aguirre,  la  involución a la que antes me refería.   Pero  yo  decido  no  secundar  la  gran  mentira  que  era  'la conspiración  del  11M',  ni el secuestro de  la  derecha parte de una serie  de  medios,  singularmente  la  COPE,  pero  también  El  Mundo, que aconsejan a la derecha situarse en posiciones más extremas.

Casi marcándole la agenda.
Casi,  no.  ¡Marcándole  la  agenda!  Y  convirtiendo  al  PP  en  un brazo  arquetiniano   de    ambos   medios   de  comunicación  con  la  jerarquía eclesiástica  madrileña detrás. Yo me rebelo ante esta situación y dos años y  medio después esta situación es la que me vence. El 6 de febrero de 2008 me cesan y cuando pregunto qué lo hacen escasamente un mes antes de las elecciones  generales el consejero delegado me dice: "Porque queremos hacer nosotros las elecciones".

No querían que dirigiera el periódico durante los comicios.
Y no me quieren ahí sobre todo en la fase poselectoral, que el asalto al liderazgo del PP parte de Esperanza Aguirre era una hipótesis verosímil y sabían que ABC conmigo en la dirección no iba a favorecerlo, sino todo lo contrario.  Lógicamente,  si  yo  hubiera  dirigido el diario en el periodo postelectoral  no  habría favorecido las tesis de  la  derecha más dura que encabeza  Aguirre  y  los  neocons  que la rodean, gente que proviene de la izquierda  y  que  se  ha  situado  en  posiciones radicales de la derecha. Preventivamente  Aguirre jugó un papel muy tante en mi cese. Todo esto lo  explicaré con bastante detalle en el libro que estoy preparando, que además  hay una serie de papeles y documentos que sería muy sustancioso que se conozcan.

Es  decir,  la  que entonces fuera su empresa hizo un pacto mediático de no agresión  con  la  COPE  y  un pacto político con Esperanza Aguirre. Y como usted los molestaba en ambos casos, lo cesan.
Pero  no tan sólo pactan mi cese, sino que también pactan mi sucesión. A mí me  cesan  un miércoles y cuatro días después, el lunes siguiente, ya están en ABC, sorpresa, el director y dos subdirectors de La Razón.

¿Y  tiene  pruebas  de  que  detrás de todos aquellos movientos estuviera Esperanza Aguirre?
Tengo pruebas absolutas y totales de que Esperanza Aguirre y su entorno, el presidente  del  Consejo  de  Administración  y  el  consejero  delegado de Vocento,  además  de  algunos miembros de  la  familia Luca de Tena, sabían que el moviento completo era prero mi cese, y después, el desembarco de la  gente  de  La  Razón. Porque la operación era hacer un sorpasso. Lo que querían era llevar el diario a la derecha, comerse a La Razón, olvidarse de la oposición a Jénez Losantos…

…y  apostar  Esperanza Aguirre, que se perfilaba como caballo ganador dentro del Partido Popular. Pero eso no ocurre que finalmente Aguirre no lidera  el  PP. A ABC le ocurrió lo mismo que a El Mundo, apostó cargar fuerte contra Rajoy.
Todo  les  salió mal un error de cálculo brutal. Prero, el 11M ya lo habían  perdido,  y  después,  el  Tribunal  Supremo ratifica la sentencia. Segundo,  RuizGallardón  gana la querella injurias a Jénez Losantos, quien  hoy  es una persona condenada, con el coste que eso supone. Tercero, dentro  de la misma Iglesia, de la propia jerarquía y de la opinión pública se  genera  un  moviento de aversión hacia las maneras y las formas de la COPE.  Y  finalmente, Esperanza Aguirre se encuentra con un Rajoy que no se esperaba y con un Partido Popular periférico que no está dispuesto a que la líder ésa se haga con el poder haciendo pasillos en Madrid. Entonces lo que hacen es apuntalar a Rajoy y a RuizGallardón y decirle a ella: "Usted, el  momento,  dedíquese  a  Madrid  y  luego  ya  veremos".  Y en toda esta secuencia,  ABC  se  queda absolutamente con el pie cambiado. Ahora podrían ser el periódico que dijo 'no' a  la  Conspiración del  11M, que dijo 'no' al   periodismo   que  practica Jénez  Losantos,  que  dijo  'no'  a  un autoritarismo  de  la  derecha  que  representa  Aguirre.  Y resulta que ha perdido  todos estos intangibles que habíamos venido cultivando desde 2005. Por  un  mal cálculo de los actuales gestores, con el consentiento de los administradores  y  propietarios, este equilibrio se deshace absolutamente. Esto  es  perfectamente  compatible con el hecho de que ahora ABC venda más ejemplares  que en mi época de director, entre otras cosas que ha cesado la  campaña  de  ataques  de  Jénez  Losantos  y que está haciendo una constante  promoción  que  conmigo  no tuvo. Esto también es compatible con otro  hecho,  las  pérdidas  de  ABC, que son brutales y en muy pocos meses pueden  situarse  entre  los  25 y 30 millones de euros. Estas pérdidas son estructurales  y  están  lastrando  la viabilidad del periódico. Esto forma parte  también  del  hecho  que los gestores son malos como editores y como gestores  mercantiles.  Y  de  esta  conjunción  surge  una  situación  muy comprometida, tanto para ABC como para Vocento.

¿Las  presiones  políticas  en  su  segunda etapa como director de ABC eran sotables? ¿Eran las habituales? Sobre todo comparándolo con la situación actual   en  la  que,  según  dice,  los  políticos  tienen  un  papel  muy determinante en la  toma de  decisiones.
Supongo  que  en  la  actualidad,  conociendo  a  Esperanza Aguirre como la conozco  desde hace muchos años, es insaciable. En mi época yo no consentía las  presiones  y  tenían  que  ejercerlas  a  mis  espaldas,  tratando  de puentearme  normalmente a través de miembros del Consejo de Administración. Pero  en  alguna  ocasión,  eran presiones absolutamente directas que yo no consentí  jamás.  No  he  tenido  nunca  presiones  tan fuertes como las de Esperanza  Aguirre,  una  persona  que  se  define como liberal y que tiene siempre  la   palabra  'libertad'  en   la   boca.  También la tenía cuando expulsó  a  Germán  Yanke y a Pablo Sebastián de Telemadrid, ¡la cadena que probablemente  le  rinde  más culto a la  personalidad! Y es que Aguirre es una  persona  que,  sobre  todo, es vanidosa. Después, creo que es bastante ignorante,  le  faltan  unas  cuantas  lecturas,    no  decir  muchas. Y finalmente  es una persona miserable, con una ambición poco controlada y un entorno  de colaboradores que me voy a litar a calificar como complicado. No  conozco  a ningún personaje político con poder político y económico que tenga  un  comtamiento  más  alejado  de  algunas prácticas democráticas respecto de los medios de comunicación que Esperanza Aguirre. ¡Y eso que yo he crecido profesionalmente en el País Vasco!

Vaya, que cuando llegó a Madrid ya estaba fogueado.
En  el  País  Vasco tenía enfrente al PNV. Eran nacionalistas y yo ya sabía qué  podía  esperar  de  ellos. Allí  había incomunicación y hostilidad. En cambio,  en  Madrid,  donde  no  había  ni  incomunicación  ni,  a  priori, hostilidad,  me  he encontrado con una mujer intervencionista, intolerante, que encaja mal las críticas, pertinente y con aquella especie de chulería que  ella  tiene.  Y  con  esa  vanidad de hacerse una biografía autorizada titulada  La  Presidenta.  Todo  esto  conforma  una  personalidad política verdaderamente preocupante. Sin embargo, creo que en el PP le han tomado la
medida.

¿La   actual  dirección  de   ABC,  próxa  a  Aguirre, puede convertir al periódico  en  un rotativo todavía más anclado en Madrid? Lo digo que no tan  sólo  ABC  sino  también  La  Razón o El Mundo tienen en Cataluña unas ventas más bien exiguas. ¿Hasta qué punto una prensa madrileña más proclive al  sector  moderado  del  PP podría asentarse mejor en territorios como el catalán?
El  futuro  de  un  diario como ABC consiste en representar al espectro más liberal,  moderado, monárquico, centrista e integrador de España. El futuro de  un  periódico  de  la   derecha  española  está en comprender el 'hecho periférico'. No tanto en aceptar las tesis nacionalistas, pero sí en entrar en  interlocución  con  estos  fenómenos,  que es distinto. Me refiero a un sistema  o  un  modelo  de interlocución con aquellas fuerzas políticas que representan  un  nacionalismo  de  distinto  grado, pero que son realidades políticas  y   sociales  muy  tantes  en  Galicia,  el  País  Vasco  y Cataluña.  No  estoy  diciendo  nada  que  la  derecha  no haya hecho en la transición. Estoy hablando de lo que ocurrió en 1996.

Con el Pacto del Majestic.
Con  el  Pacto  del Majestic en Cataluña, una parte, y el pacto con los nacionalistas   vascos, la otra, que permitieron que, prera vez en la  historia  de  la  democracia  española  desde 1978, un presidente fuera investido    CIU  y   PNV, como lo fuera Aznar. Y esos cuatro años entre 1996  y  2000 son paradigmáticos de lo que debe hacer la derecha. El futuro pasa    trasladar  este esquema a la línea editorial de un periódico que quiere   ser  la  referencia  de  un  centroderecha  amplio  y  laico.  En definitiva,  lo  que yo intentaba era hacer un esfuerzo de empatía con unos fenómenos  sociales  y  políticos  alejados  del  centro  de gravedad de la derecha  de Madrid. Y tengo que decir que muchos comprendieron que éste era el camino.

¿Muchos periodistas? ¿Políticos?
Periodistas,  políticos  y  público en general. Nosotros estábamos acosados   El  Mundo,  la  COPE  y  los sectores más duros del PP que dirigían el partido,   como   Zaplana  y   Acebes.  Y  el  periódico  perdió  difusión. Ciertamente la campaña no fue inocua, pero el diario se mantenía. Y después de  todo  aquel  esfuerzo,  de  aquella  travesía del desierto, el hecho de echarlo  todo    la  borda  es peor que un error, es una estupidez. Todo periódico  que  quiera  tener  un  futuro  de  referencia  en  el  espectro socioelectoral de  centroderecha  debe  ser  un  diario  moderado, con capacidad  de  empatía  y  con  unos  modelos de relación con los fenómenos nacionalistas, sobre todo con los nacionalistas moderados.

Este  pasado  verano  se  dio  a conocer el Manifiesto una lengua común presentado un grupo de intelectuales. Este manifiesto ha sido firmado y promovido  muy activamente algunos medios de comunicación. Cuando usted era  director, ABC no hizo seguidismo de El Mundo, y ahora, en cambio, poco después  de  que  el periódico de Pedro Jota empezara la campaña en pro del manifiesto, ABC hacía lo mismo.
Ahora  ABC va a rebufo absolutamente de todo lo que le marcan tanto la COPE como  El  Mundo.  El  manifiesto es una muestra evidente de que si El Mundo dice  que  este  manifiesto se debe publicitar y utilizar, ABC va detrás de él. Pero va detrás como complemento, no como plato principal. ABC no lidera nada. Es la retaguardia de una vanguardia que está muy lejos. ABC, en estos momentos,  no  es  vanguardia  moral, ética o periodística absolutamente de nada.  Porque, además, ha perdido. La  redacción de ABC se siente perdedora en  manos  de  unos gestores que le han arrebatado sus grandes intangibles, que  fueron  una  pelea    estar  en la vanguardia a contracorriente. Me refiero  al  ABC que en 1932 le decía a Pro de Rivera que el periódico no era  fascista  ni falangista sino humanista, que resistió al franquismo, al que  le  censuraban  las tadas. El diario que cuando el régen prohibió publicar  la  agen de Ortega y Gasset puso en tada la mascarilla de su cadáver.  El ABC que publicaba a Salvador de Madariaga y a los exiliados de la República. El ABC que durante la  transición le dio el Premio Mariano de Cavia a  Rafael Alberti y que llegó a los años ochenta casi arruinado, pero que  salió  adelante. Era el ABC rebelde, pertinente, indómito. Yo quería ese ABC. Y  ahora, en cambio, es un periódico que practica el seguidismo de un  bloque  de  medios  que  lidera  El  Mundo y que vocea Federico Jénez Losantos desde la radio.

Supongo que, lo tanto, es absurdo preguntarle si, de haber seguido como director del rotativo, hubiera firmado y  promovido este manifiesto.
¡Bajo  ningún  concepto!  El tratamiento informativo que yo le hubiese dado habría  sido  radicalmente diferente. Porque no lo hubiese utilizado contra Cataluña.  Tengo  un  inmenso  respeto  muchos de los firmantes de este manifiesto,  pero  entiendo  que  ellos  no  buscaban  la  agitación  y  la propaganda  que  han  hecho de él Pedro Jota, la COPE, ABC… Personas como Savater,  Vargas  Llosa, Pombo o Marina buscaban otros objetivos, un debate en  distintos  términos. Pero desengáñate, muchas de las cosas que se hacen en  los  periódicos  se  hacen criterios comerciales y no criterios deontológicos.

Usted  decía  que no habría utilizado el manifiesto contra Cataluña. En los últos  años,  parece  que  ir  contra  Cataluña desde determinados medios madrileños  se  ha  convertido en un negocio rentable, sobre todo entre los que se mueven los criterios comerciales que usted denuncia.
Sinceramente,  a  la hora de vender y transmitir siempre es mucho más fácil un  moviento  en contra que un moviento a favor. Se está utilizando mal el  tema  de  las lenguas que efectivamente plantea problemas pero, desde luego,  plantearlo tal y  como se está planteando desde algunos medios va a generar  muchos  más.  No sólo este debate forma parte de la solución, sino que   forma   parte   del   problema.   Si  algunos  medios,  con  absoluta irresponsabilidad,  creen  que así contribuyen a algún tipo de  solución es que o son estúpidos o malintencionados.

A  raíz  de   la   'Teoría  de   la  Conspiración'  del  11M se generó una división entre los medios conservadores de  Madrid. ¿Antes de  todo aquello había una auténtica unidad o ésta había sido mitificada?
Hubo  un  momento,  en  los  años  noventa,  en que la prensa de la derecha española  se  unió.  Pero ahora, en la derecha mediática española, nadie se atreve  a  plantarle  cara  a  Pedro Jota, quien, además, utiliza a Jénez Losantos para descalificar al que se mueva. ¿Y quién se ha movido? Se movió ABC  y  lo descalificó. Se movió RuizGallardón y lo descalificó. ¡Y en qué términos!  El juez Del Olmo, instructor del 11M, no le dio la razón en sus tesis y también lo descalificó. Y lo mismo hizo con la fiscal del caso.

Pero, visto con perspectiva, El Mundo y la COPE apostaron la 'Teoría de la   Conspiración' y aumentaron sus ventas y audiencia, mientras que ABC no lo hizo y  bajó.
Exactamente,  pero es que si las políticas que se hacen en los medios son a corto plazo estas cosas siempre pasarán, que el escándalo siempre tapa a la  sensatez  hasta  que  se  descubre  que  detrás  del  escándalo hay una engañifa.  Detrás  de  la  'Teoría  de  la  Conspiración' del 11M había un engaño  y  la gente lo está descubriendo progresivamente. Ya no se vende ni medio  periódico con este tema. Y  lo que hizo ABC durante dos años y medio fue  decir: "Por aquí no paso". Yo no pasé ahí y estoy muy orgulloso de no  haber  pasado.  Y si tuviera que volver a tomar las decisiones que tuve que  tomar  entre  2005 y 2008 las volvería a tomar, aunque supiese que eso comtaría mi cese.


PERFIL

José Antonio Zarzalejos (Bilbao, 1954) compaginó el derecho y el periodismo hasta  que  en  1988  entra en El Correo, periódico del que acabaría siendo director  hasta  1998. Al año siguiente es nombrado director de  ABC, cargo que  abandona  en  2004 para ejercer como secretario general de Vocento. En diciembre  de  2005 es nombrado de  nuevo director de ABC, hasta febrero de 2008,  año  en que es cesado. Ha recibido premios como el Mariano de Cavia, el  Luca  de  Tena  y  la  Legión de Honor francesa. Ha publicado Contra la secesión vasca (Planeta), entre otros libros. Actualmente es vicepresidente ejecutivo de  la consultoría Llorente & Cuenca.

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