¿Cómo trabajan los periodistas que se dedican a la información sobre Salud? ¿Se sienten recompensados su trabajo? ¿Existe igualdad? ¿Cuáles son sus preocupaciones? La I encuesta Nacional de Periodismo Sanitario realizada la ANIS con las respuestas de sus socios supone una radiografía a través de la que se reconoce quiénes son los periodistas que informan sobre salud y cómo vislumbran el futuro inmediato.
Hasta que se presentó este documento, realizado la profesora de la Universidad Carlos III de Madrid, María Luengo y el miembro de la ANIS, Antonio González GilGarcía, el pasado domingo durante el IV Congreso de Periodismo Nacional Sanitario organizado la ANIS, los propios periodistas no conocían exactamente cómo era su sector. Las intuiciones y los comentarios de pasillo han dado lugar a una visión más científica de la profesión que ha sorprendido a más de uno.
Uno de los datos más llamativos ha sido la buena Salud de la que goza el sector, que se traduce en una mayor especialización, más experiencia y una menor precariedad laboral, aunque es de esto últo de lo que más se quejan los encuestados. De este modo, las conclusiones apuntan que la experiencia de estos informadores es de unos diez años, mientras que en la profesión general es de 14. La edad media oscila (en un 40%) entre los 30 y 40 años. Tras ellos surge otro amplio colectivo: un 33% ha trabajado menos de cinco años en este sector.
Junto a esta madurez, el 44% cuenta con estudios de postgrado, un aspecto positivo para el sector ya que, como indica Antonio González muestra que ‘los periodistas quieren seguir formándose'. Esta formación es mayor en las personas que trabajan en los gabinetes o agencias que en los medios de comunicación.
El tercer aspecto llamativo es el hecho de que casi el sesenta ciento de los informadores de Salud no tienen condiciones desfavorables. A pesar de en algunos estudios anteriores se había puesto de manifiesto que la precariedad es uno de los males que aquejan al periodismos español, tras la encuesta se desprende que el 58,4 ciento de este colectivo cobra entre 2.000 y 2.5000 euros, mientras que sólo un 9,2% gana menos de mil euros.
Pero no todos los periodistas del mundo de la salud obtienen los mismos ingresos, ya que los que trabajan en gabinetes o agencias tienen unos salarios superiores a los que están en medios de comunicación. De este modo, en los rangos de ingresos inferiores hay mayor presencia de periodistas de medios, centaje que se invierte al superar los 2.000 euros mensuales. Sin embargo, la diferencia más grande y preocupante del salario no se encuentra en la actividad desempeñada, sino en el sexo. A pesar de que ellas suponen el 60% de los trabajadores de la profesión, la mayoría gana entre 2.000 y 2.500 euros, y el 35% de los varones supera esta cifra, frente a l 19.3% de las mujeres.
Otro dato que debe hacer reflexionar a los responsables del las agencias, gabinetes y medios de comunicación es la amplia presencia de becarios entre sus trabajadores. A pesar de que se trata de un modo de entrar en contacto con el mundo laboral y adquirir experiencia, el problema comienza cuando esta situación, que debería ser transitoria, se alarga en el tiempo. De este modo, el estudio revela que el 15,6 ciento de los periodistas fue becario entre uno y dos años, y el 3,9 ciento durante más de dos años.
Un punto que suscitó inquietud entre los asistentes a la presentación de la encuesta fue quién decide los temas que se publican en los medios, así como las fuentes en las que se basan los periodistas para escribir sus artículos. El 26,6% no contestó y el 19,3% señaló que los Laboratorios Farmacéuticos eran la principal fuente. También se denunció que, en muchas ocasiones, los que determinan las noticias que leerá la opinión pública no se rigen pro criterios puramente periodísticos.
Es una prera encuesta y aunque es la más amplia, sólo la contestó el 33% de los socios de la ANIS lo que la muestra queda pequeña. Pero, sin duda ha servido para que los profesionales del periodismo sanitario se detengan y reflexionen sobre su propio trabajo, del que más del 51% está satisfecho, y se puedan resolver los aspectos más controvertidos como el aspecto salarial, la falta de reconociento e independencia y la explotación laboral.