Un entrecomillado que dice poco del periodista y del Director en cuestión, pero ¿quién tiene la culpa? ¿El periodista hacer algo que va en contra de su ética y de lo que cree, o el Director poner entre la espada y la pared al 'redactor de base'? Hay que contrastar las fuentes, ser autocríticos, hacer una información de calidad y tener voluntad y formación para hacerlo bien. Esa es la mejor ética profesional y periodística que hay.
Independientemente de los códigos deontológicos y las declaraciones de Sevilla a nadie hace falta decir que la ética está en cada uno, lásta que en nuestra profesión muchas veces la tengamos que dejar en casa. Seamos realistas. La ética ni se compra ni se vende, pero nadie comprará ni podrá vender algo que brille ser éticamente correcto.
Sin embargo, HAY QUE APOSTAR POR ELLA y, tal y como apuntó la periodista de La Rioja, Belén Diego, 'hace falta un norte digno al que mirar y al que tenemos que intentar acercarnos'. Pero no siempre está en manos del periodista acercarse más o menos a este norte y el papel de los editores fue criticado algunos asistentes ya que los titulares no siempre son éticos, aunque sean veraces.
Todos coincidieron en que códigos como la Declaración de Sevilla son difíciles de cumplir pero a la vez necesarios. Y es que Comunicar en Salud no es nada fácil, aunque año tras año parece que lo hacemos mejor y mucho ayudan las fuentes. Se acusó a la Industria de vender motos ¿y quién no las vende? Hospitales, consejerías, empresas y ONG's, todas cuentan su verdad y nadie tiene la verdadera.
Hay que contrastar las fuentes, ser autocríticos, hacer una información de calidad y tener voluntad y formación para hacerlo bien. Esa es la mejor ética profesional y periodística que hay.
