En la Tierra a domingo, diciembre 14, 2025

Santiago Pérez Aviles, presidente de CESIDA

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En España cerca de 15.000 personas padecen VIH y cada año se infectan alrededor de 3.000 personas con este virus que, diagnosticado tarde, desemboca en sida. En la celebración del día mundial de esta enfermedad que afecta a millones de personas en todo el mundo el presidente de CESIDA, Santiago Pérez Aviles ha hablado con prsalud sobre la tancia de la prevención y la necesidad de modificar las conductas, especialmente las de los más jóvenes, al tiempo que ha hecho un llamamiento para que se abandonen los 'discursos triunfalistas' que provocan una menor percepción del riesgo entre la población.

¿Cuál es la situación actual de las personas con VIH en España?
La situación ha cambiado mucho en los últos años, especialmente desde la aparición de los antirretrovirales, tanto en la cantidad como en la calidad de vida que tienen las personas infectadas con VIH. Por lo tanto, desde este punto de vista tenemos que ser optistas pero debemos de huir de los discursos triunfalistas o eufóricos, que provocan que se baje la guardia en la prevención y que las personas se sigan infectando. Todavía quedan muchas cosas hacer. Cada vez hay más personas que se infectan con enfermedades de transmisión sexual lo que puede hacer que en pocos años aumenten los casos de VIH. Por eso se debe seguir hablando de la prevención y hay que seguir luchando contra la discrinación asociada a las personas que padecen VIH para que a los afectados se les reconozcan todos sus derechos.

¿Cuál es el aspecto que se debe abordar de manera más urgente?

Lo más necesario en estos momentos es que se incremente la prevención. Para lograrlo, además de pulsar campañas de concienciación de la enfermedad, se deberían incrementar los programas de educación para la salud, tanto de la infección el VIH como del ámbito afectivo sexual, dentro de los centros escolares y desde las edades más tempranas. Desde el punto de vista de la investigación, se deben seguir buscando tratamientos que funcionen cada vez mejor, así como incidir en el desarrollo de una vacuna preventiva a la que puedan acceder todos los países con independencia de su situación económica. Junto a esta prevención es necesario que se mejore la detección precoz, ya que hay un gran número de personas infectadas que desconocen su situación.

¿En que consistiría esa vacuna?
La vacuna inmunizaría a las personas ante el VIH, de tal forma que aunque se pusieran en contacto con la enfermedad no les afectaría. También se está trabajando en vacunas terapéuticas, dirigidas a aquellas personas que ya tienen el VIH para que puedan evitar tomar el tratamiento. Lo tante es que los ciudadanos no se infecten y para ello se deben tomar medidas relacionadas con la prevención y el uso de métodos barrera como el preservativo.

¿De qué manera se puede mejorar la detección precoz?
Es fundamental que se habiliten recursos para que las personas que lo deseen y sobre todo los colectivos más vulnerables puedan someterse a las pruebas necesarias de manera anóna, confidencial y gratuita.

¿Cómo es la vida de una persona con VIH?
Hay personas que tienen una vida totalmente normalizada y hay otras que no. Por eso es muy tante el momento de la detección. Las personas a las que se le detecta el VIH a tiempo tienen más posibilidades de utilizar todos los avances científicos, en contraposición con aquellas a las que se les diagnostica de manera tardía, donde en algunos casos incluso se ha desarrollado la enfermedad del sida. Si la enfermedad se encuentra muy avanzada, se puede hacer poco o nada.

¿Cuál es la reacción de los pacientes cuándo conocen su enfermedad?
Cuando una persona se entera de su diagnóstico suele ocultarlo miedo al rechazo, a la discrinación y que la familia o allegados puedan sufrir este mismo rechazo. No es fácil. El VIH es un problema de salud con unas connotaciones sociales muy tantes. Creo que se solucionará antes el problema médico que el social, ya que a pesar de que la ley no permite esta discrinación, se siguen viviendo situaciones de rechazo.

¿Hay un perfil de persona con VIH?
No se puede encontrar un perfil claro. El VIH no se transmite ni lo que se es ni lo que hace la persona, sino cómo se hacen las cosas. Se puede vivir la sexualidad de manera heterosexual u homosexual, y eso no se transmite el VIH. Afecta igual a todas las personas independientemente de la edad, clase social o lugar de residencia. Lo tante es conocer cómo se transmite y cómo prevenirlo.

¿Actualmente afecta igual a personas heterosexuales y homosexuales?
El VIH se trató de manera equivocada desde el principio ya que transmitió la idea de que esta enfermedad afectaba sólo a determinados colectivos. Esto ha provocado que los heterosexuales no tengan esa percepción del riesgo como real, de tal manera que esta vía se haya convertido, en los últos años, en la de mayor contagio. En Según los últos datos casi el 60 ciento de las personas que se infectaron VH lo hicieron vial sexual, y de este centaje la vía heterosexual es la que tiene más tancia. Aquellas personas que tienen elaciones heterosexuales no perciben el riesgo ni como real ni como cercano, lo que se debe seguir insistiendo. De todas formas, los homosexuales también se están relajando.

La sociedad está más instruida que nunca, se pulsan más campañas que en ninguna otra época y hay una gran cantidad de asociaciones que conciencian sobre este problema. ¿Por qué sigue aumentando el número de afectados?
Lo prordial en este asunto es que hay que cambiar conductas, y para ello la información es necesaria pero no suficiente. Por lo tanto sigo insistiendo en la educación para la salud desde las edades más tempranas para que sean conscientes del riesgo al que se someten, ya que es un colectivo al que le gusta vivir el riesgo, probar cosas nuevas, creyendo que son inmortales y que nunca les va a pasar nada. Ante la posibilidad remota de contraer algún día una enfermedad para la que existe un tratamiento que lo controla y la posibilidad de vivir un momento placentero, eligen esto últo. Por eso hay que seguir insistiendo en la necesidad de que la percepción del riesgo sea real, de que puede pasarle a cualquiera. Esto es muy complicado de plantear ahora, cuando antes se obviaba. A esto se le une que la nueva juventud no ha vivido esos preros años en las que las personas se morían a causa del sida y que los mensajes son triunfalistas. Si unos todo esto, hay un caldo de cultivo muy bueno para que el VIH se siga transmitiendo. En este punto los medios de comunicación tienen una labor tante labor en la transmisión de los mensajes y en la sensibilización de la población.

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