Leo con admiración que el gen responsable de las diferencias entre la parte izquierda y derecha del cuerpo humano también está presente en los caracoles, según un estudio realizado el CSIC. Me hace recordar que algo referido a la evolución de la mosca del vinagre fue el estudio atado España en una misión de investigación científica espacial. ¡Que forma tienen los del CSIC para seguir en la brecha de investigar sobre singularidades¡ ¿No habíamos quedado en incardinar la investigación en el mundo empresarial para aumentar la competitividad española?
A mi siempre me ha merecido mucho respeto el mejor centro de investigación que tenemos en España, pero ¿no podían dedicarse a cosas más acordes a nuestras necesidades como país? Desde años he debido escribir sobre los índices de productividad de la empresa española, siempre a remolque de las estadísticas internacionales. Me ponían como ejemplo otros países en los que sus centros de investigación trabajaban de la mano del mundo empresarial. Me decían que eso era lo que necesitaba España para competir. Somos la octava potencia económica mundial, y estamos en el puesto vigesosépto de productividad.
Este verano conocí a Domingo Guinea, un científico del CISC que había desarrollado un sistema energético autosuficiente para los edificios. Se trataba de empotrar en las paredes una especie de paneles para absorber un calor que se transformaba en energía y se acumulaba. Era tan eficiente que también podía suministrar energía a los coches aparcados en el garaje del edificio, si estos fueran solares, que tecnología hay. La casa fue mostrada en la pasada Expo de Zaragoza, y su puesta en marcha nos haría ser menos dependientes del petróleo. Si la administración española, que incluso tiene un ministerio de Ciencia e Innovación, iguala un desarrollo tan tante para la economía al de la investigación del cerebro del caracol, no tengo duda. El cerebro del caracol ayuda a la productividad empresarial. Bueno, no, será a la del cerebro humano. O, a lo mejor, es que ayudará a paliar enfermedades. Da igual, ya me dirá para lo que sirve el ministro de turno.
SUSANA BLÁZQUEZ
PERIODISTA
