Los excesos en las comidas navideñas duplican la falta de control de los índices metabólicos, sobre todo en los pacientes con diabetes o colesterol, aumentando el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares.
En este sentido, el presidente de la Sociedad Española de HipertensiónLiga Española para la Lucha contra la Hipertensión Arterial (SEHLELHA), Pedro Aranda, apuntó que al final del periodo de las navidades es ‘habitual' que los médicos se encuentran en las consultas con pacientes ‘descontrolados', lo que incrementa ‘el riesgo de sufrir una enfermedad cardiovascular'.
Las comidas tradicionales de la Navidad contienen altos niveles de sal y grasas, que junto a un aumento del consumo de alentos dulces resulta habitual que se produzca una aumento del peso de los pacientes durante esta época del año. Según el doctor Aranda, los hipertensos ‘son más propensos a tener exceso de peso' y las personas obesas o con sobrepeso tienen ‘un riesgo entre 2 y 3 veces mayor de padecer hipertensión arterial que aquellas que se encuentran en su peso adecuado'.
Cuando un paciente aumenta de peso, también eleva las cifras de presión arterial, resultando mucho más evidente en los menores de 40 años y en las mujeres. En consecuencia, la reducción de peso es uno de los factores más tantes del tratamiento de la hipertensión arterial. En muchos pacientes constituye el único tratamiento, no siendo necesario añadir medicación.
Por otro lado, los profesionales sanitarios señalan que es posible disfrutar de estas celebraciones evitando los excesos. La clave reside no en renunciar a las comidas, sino en moderar el consumo y compensar en la siguiente comida el exceso de la anterior.
Para conseguir esto los expertos recomiendan compensar una comida calórica con la siguiente; andar más; beber lo menos posible ya que el alcohol tiene una gran cantidad de calorías; tomar sopa antes del plato principal; comer despacio y evitar servirse más comida de la que se va a comer.










