En la Tierra a jueves, diciembre 18, 2025

EL OPTIMISTA ES UN IMBÉCIL SIMPÁTICO

 

Ni la peor de las crisis ha logrado ahogar el ruido de campanillas ‘jingle bells' luces navideñas y despilfarro doquier. Lo llaman la activación del consumo de las familias y la activación de la economía. En definitiva, la forma que tenemos los españoles, ya que no estamos bien formados tecnológicamente, para crear puestos de trabajo. Así que, los amigos de la austeridad, como yo misma, permítaseme aquí una alusión personal estar casi a fin de año, nos tendremos que callar y dejar que la sociedad se estupidezca, perdón, compre con furor, para ir compensando la pérdida del medio millón de puestos de trabajo de estos últos meses del 2008.

Decía Bertrand Russel que un pesista es un bécil que cae antipático. Ahora encuentro la explicación a la falta de cuajo social de Rajoy o de Tomás Gómez. Mientras que un optista es un bécil que resulta spático, esa debe ser la parte magnética de Aguirre para los suyos y de Zapatero para los otros. En fin, me considero una bécil spática que, a pesar de la incertidumbre de los mercados, de la desconfianza de los bancos entre sí, de las protestas de los estudiantes el Plan Bolonia, del paro, de la falta de liquidez para pagar nuestras hipotecas, las mías incluidas, confío en que los problemas del hombre/mujer, el hombre/mujer los sabe resolver.

Queda raro decirlo pero los gobiernos deben de aprender a fomentar, de una forma nueva, atrevida y revolucionaria, el gen emprendedor que muchos ciudadanos llevan dentro. En un sistema económico severo igual, donde no se incentive el emprendiento, con medidas de exenciones o ayudas fiscales los preros cinco años, con liberación a la hora de responsabilidades administrativas, etc., es muy difícil la creación de empresas y desde luego de nuevos puestos de trabajo. Queda fatal decirlo, pero muchas veces, la exagerada responsabilidad sobre la viabilidad laboral de los trabajadores que recae sobre el emprendedor, paraliza sus sueños. En un sentido, el Estado debería asumir parte de esa responsabilidad, especialmente en época de crisis, para que la gente creativa se ‘atreva al menos a intentarlo'.

Falta educación y falta valentía. ¿Qué es el Plan Bolonia? Algo que se debería de haber puesto hace ya una década. Crear el Espacio para la Integración Europea Universitaria (como bien me han explicado en el anterior blog algunos de mis cultos comentaristas que, verdaderamente, lo reconozco, muchos de ellos me dan cincuenta vueltas en conociento, gracias) Generar un tipo de enseñanza universitaria donde se plique más el profesor en tutorías y el alumno en la investigación y "cocina" de sus propios pensamientos y trabajos con sus genuinos ingredientes. Crear personas que aprendan, piensen e investiguen si mismas. Así como la plicación de las empresas y los convenios con las universidades para facilitar a los estudiantes no solo las prácticas y la investigación, con buenas herramientas y laboratorios, sino su progresiva incoración al mundo laboral.

¿Por qué no se ha explicado convenientemente que en el espacio universitario europeo o norteamericano las empresas pagan a las universidades, estas prestan el dinero al estudiante, le dan todo tipo de facilidades, le ofrecen prácticas desde segundo año, y después el diplomado puede devolver el dinero prestado para su formación con el propio trabajo que se le facilita? Y explicar que, en estos lugares, a los graduados se les sigue formando de vida. De esta manera evitamos el penoso abismo español que existe entre el campus y el mundo empresarial, para el recién licenciado quien aún habiendo sacado unas calificaciones brillantes ha de peregrinar de ejecutivo en ejecutivo para buscar un puesto de trabajo, muchas veces miserable. Y desgraciadamente ya sabemos que el máxo criterio de puntuación es tener buenos contactos o, como decos aquí, enchufe, padrino, etc.

En fin, como he dicho que me considero una bécil spática voy a terminar esta nota con algunas consideraciones más positivas sobre el mundo de la información y los informadores económicos. La transparencia y la valentía han salvado al mundo. La opacidad y la cobardía lo han hundido, parcialmente, siempre. ¿Qué están haciendo los comentaristas económicos? Muy fácil, siguiendo la estela del comtamiento del dinero, y no hay materia más cobarde que el dinero y quienes lo manejan. El dinero, se ha dicho siempre, atrae dinero. La confianza mueve el mundo. Eso debió de pensar el mago Bernard Madoff y se atrajo un club de selectos ricos, riquísos, a su huerto.

Ahora los grandes banqueros y las grandes fortunas se han quedado sin su cojín de confort, que diría el rebelde y recién fallecido premio Nobel Harold Pinter, un vitalista radical y rebelde. La bajada de los tipos, se espera que hasta el 22,5% (euríbor) durante 2009 y del precio del petróleo (ahora debajo de 40€ el barril, se podría estabilizar en 60/70€ a lo largo del próxo año) permitirá movilidad a la economía masiva, la de las familias, mientras los ricos se irán lamiendo las heridas e irán pensando dónde ponen a trabajar los miles de millones de euros que aún les quedan, ya nunca a buen recaudo, en los diferentes paraísos fiscales y fondos opacos. Ay! Si fueran un poco valientes y solidarios y todo ese dinero se ‘pusiera a trabajar en manos de nuevos emprendedores', otro gallo nos cantaría. Optismo señores que ya solo nos queda el 2009 de tormenta financiera y en el 2010 volverá a salir el sol. Entonces solo los positivos habremos sobrevivido en nuestra particular arca de Noé del Optismo.

Concha Minguela

Directora de Gente en Madrid

www.gentedigital.es

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