Acostumbraba a pelar el quesito a expensas de que éste se reblandeciera y acabara pegado al papel de aluminio. Luego, un ingeniero diseñó una cuerdecita roja que liberaba la parte frontal del queso en donde aparecía el caserío de Mahón. Ese dibujo, todos recordado es parte de la era en la que vivos. Kraft, la multinacional que se comió el queso, como rezaba aquel título de ese libro magnífico que nos enseñaba a salir adelante con propios y extraños, vende El Caserío. Esto no sería tante si no sucediera en el año en donde la palabra innombrable sonó tras unas elecciones. Quizás, ya todos los que estaremos a punto de cerrar el año, contemos aquello de "un año más, o un año menos, según se mire" y todos, haremos algo como decía Mecano en aquella canción "los españoles hacemos algo una vez, algo, a la vez". Ese algo no es otro que comerse doce uvas, una cada mes de crisis o de ilusión, también, según se tercie el asunto.
Esta nueva vida de esta España nuestra, en donde las navidades se han teñido de esa palabra innombrable allá adonde hayas ido, ya no nos fiaremos ni del queso que, aquello de "Del Caserío me fío" ha pasado a mejor vida. Para nosotros siempre fue un clásico y las madres se lo empezaban a dar a los bebés para que probaran un nuevo lácteo. Hoy ya no es de fiar, al parecer. Tampoco parecen de fiar las palabras del octogenario Fraga que no parecen muy democráticas. Aunque todos lo pensemos alguna vez y la rabia se apodere de nuestra razón, no se puede colgar a la gente de ningún sitio, según la Constitución. Uno de los padres de la misma, de talante inconfundible y rotundo mal carácter, se arranca como si de una bujería fuera y afirma con esa rotundidad, algo, que si no fuera su edad, no tendría disculpas. Disculpas tendría que pedirle el colega periodista al "arbusto Bush". Entrar en democracia no significa dar pie a que un zapato vuele y otro lo haga después. El signo de la nueva era, empieza a teñirse de color cuando en el país más potente del mundo le despiden a su presidente a zapatazos. Obama, significa el nuevo mundo y con él, en enero, las cosas serán al menos de otro color. El cambio augura un desplazamiento de las antiguas formas del tal Jorge que desaparece de mala manera de la Casa Blanca.
Estoy más tranquila desde que Brad Pitt no se pelea con Angie. Debe ser que como tienen tantos hijos no les da tiempo entre los baños y las cenas. Su ex, se expone en bolas en una conocida revista y habla de sus fines de semana con el gashó para darle envidia a la que no para de parir (ya sean biológicos o mercados). Otro que tal baila es Michael Jackson. Creo que hasta en Neverland, la finca que tiene el muchacho negro algo desteñido, está en crisis ya que ha puesto a la venta las puertas. Algo tiene el agua cuando la bendicen, y mira tú, si en la manivela hay incrustaciones de diamantes. Una cosa que no entiendo es que ponga a la venta un guante. Se conoce que el otro se ha desteñido y sigue negro y no vaya a ser que pierda su olor….
España, según un estudio, aparece como el país de los mileuristas para siempre. No es una serie ni un culebrón. Es una realidad que comparten médicos, enfermeras, planchadoras, electricistas, periodistas, y demás "istas" que usted añada. Con mil euros en España eres el rey del Mambo que en otro caso estarías como los de Full Monty bailando en la cola del Inem que a estas alturas del año da la vuelta a tres manzanas cada mañana, y vamos los tres millones, como si fuera una sevillana.
Eso sí, como Zapatero según el playboy italiano es el cuarto lider más sexy, creo que podremos, las mujeres de este país sentirnos orgullosas del paro creado un sex symbol. Las cejas alzadas suponen mucho que se lo digan a Felipe que ya anda con una hembra nueva y tanto más carnaza para el Hola! No veo a Zetapé entonando el "Yes we can" de Obama. No le veo pudiendo con la que se nos aproxa…y eso que no tenía el nombre de crisis allá marzo cuando en las urnas todos depositamos el papel del cambio o la continuidad.
Lo único que no ha tenido crisis en este año de Dios ha sido el dete español y el cine. Nadal nos llevó con pelotas a ser el mejor del mundo, los chicos de Pepu, los mejores en Baloncesto y el equipo español de tenis triunfó entre los mejores. Bardem y Pe, esos que retozan entre camas y premios, llevan al país de las sevillanas a lo más alto y al menos, en el celuloide se habla de otra cosa que de toros y fiesta. Pelotas es lo que tienen los españoles para aguantar el horror que sucedió en Barajas, los tantos muertos de ETA y los de la carretera.
Nos dejó el hombre más guapo del mundo, Paul Newman, otros muchos con nombre propio y señas de identidad de una vida llena que dejaron poso y nos enseñaron algo; Sydney Pollack, Leopoldo Alas, Sone Ortega y sus recetas, Charlton Heston, Calvo Sotelo y Pedro Masó entre otros. Hombres y mujeres conocidos, pero otros muchos nos abandonaron los accidentes, el cáncer, que la vida es dura y contradictoria.
En tan solo unas horas cambiamos de vida y de ciclo y solamente queda este año para cambiar de dígito. ¿Se acuerdan ustedes cuando en los medios de comunicación se decían cosas acerca del año 2000? Han pasado ocho años y ni en el peor de los sueños supusos ninguno que en este mundo globalizado las cosas iban a ser así.
Entre los móviles, los iPhones, los iPods, los sms, los correos, los Factbook, las webs, la comunicación entre pantallas ha hecho que estemos todos más comunicados pero que quizás hablemos menos, sintamos menos y toquemos menos. Abrace usted al que tiene al lado y sienta que la vida, como decía Serrat, son aquellas pequeñas cosas. Luego, lo demás, vendrá con el siglo, y tanto, añadidura.
Que sean felices en su encuentro.
Ana de Luis Otero
