LATAM INFORMA 31/12/08
67.649 SUSCRIPTORES
El año que está a punto de terminar volvió a ser complicado para el ejercicio de periodismo en Latinoamérica. A los ya habituales episodios violentos contra la prensa en México, se sumaron también oleadas de agresiones a periodistas en Bolivia o Nicaragua, coincidentes con procesos electorales. Reteros Sin Fronteras (RSF) ha hablado con prlatam para evaluar el 2008 en lo que se refiere a la situación de los periodistas en la región y analizar las futuras luchas y denuncias.
Durante el 2008 fueron asesinados trece periodistas latinoamericanos, según se recoge en el informe anual de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP). El organismo señala que México, Guatemala, Bolivia, Ecuador y Venezuela, son los lugares más riesgosos para ejercer la labor periodística.
La situación de la profesión y de los periodistas en Latinoamérica durante este año es para Reteros sin Fronteras ‘diversa y complicada en unos cuantos países'. Así, si de un lado está Costa Rica, ‘uno de los países que más respectan la libertad de expresión en el mundo', del otro aparecen ‘México, Colombia y Cuba, los peores del continente para los periodistas y para los medios de comunicación en general'.
‘Las guerrillas, narcotraficantes, policías corruptos…' han sido los principales problemas que han enfrentado los periodistas en la región durante este 2008, pero ‘también algunos jefes de Estado, como Castro y Chávez, y muchos políticos locales corruptos o plicados en operaciones de malversación o adjudicaciones fraudulentas de obras', explica la Organización.
México es el país más peligroso de la región para los periodistas, de hecho, ‘después de Irak, es el lugar donde, en los últos años, matan a más periodistas', explica RSF. La situación es especialmente complicada ‘en las zonas fronterizas', en las que confluyen ‘diferentes tipos de tráficos: drogas, mujeres, trabajadores, gasolina, madera…'. ‘Más que un punto, México es un auténtico agujero negro en el mapa de la libertad de prensa', concluye la ONG.
Por otro lado, el periodismo fue también una de las víctas más claras allí donde hubo una crisis política tante. Uno de los casos más recientes tuvo lugar en Nicaragua tras sus últas elecciones municipales, el pasado 9 de noviembre. A las continuas denuncias de fraude electoral se sumaron los ataques a medios y las agresiones a los periodistas, tanto del lado del oficialismo sandinista como desde la oposición.
Otro de los puntos más conflictivos durante el 2008 se situó en Bolivia, donde se han registrado más de 100 agresiones contra periodistas. La violencia contra la prensa vivió uno de sus momentos álgidos durante el pasado mes de septiembre, durante la crisis política que azotó al país cuando oficialismo y oposición no llegaban a un acuerdo sobre el nuevo texto constitucional.
La prensa estuvo en el centro de este enfrentamiento político. Los movientos sociales próxos al gobierno atacaban a los medios opositores, mientras que en las regiones donde se manifestaba el rechazo a la propuesta constitucional de Evo Morales, la ira se desataba contra los periodistas cercanos al oficialismo.
Muchas organizaciones a favor de la libertad de prensa solicitaron entonces a los representantes políticos el abandono de los discursos que alentaban estos ataques contra los medios de comunicación. Una de ellas, RSF, quien manifiesta que ‘se repite con demasiada frecuencia que sean precisamente los políticos quienes señalen en algún momento a la siguiente vícta'.
Además, ‘cada vez que en países como Bolivia, Ecuador o Venezuela se va a producir una consulta electoral, del tipo que sea señala la ONG surge repentinamente un interés (de algunos, naturalmente) evitar que los problemas políticos se debatan abiertamente'. En ese cruce de intereses, ‘los medios de comunicación, y sus hombres y mujeres, siempre pagan el pato: es el viejo reflejo de ‘si no te gusta la noticia mata al mensajero'.
‘Igual que en años anteriores, en este ha habido periodistas asesinados, encarcelados, agredidos, amenazados, exiliados…' y en 2009 la misión de Reteros sin Fronteras ‘seguirá siendo la misma de siempre: denunciar todos los ataques que conozcamos, dirigirnos a las autoridades plicadas pidiendo soluciones y ayudar a los compañeros que los padecen, o a sus familias en los casos de asesinatos, desapariciones o exilios forzosos', concluye RSF.
