Defraudados, escépticos, sentiento mayoritario entre los ciudadanos de "Tengo una pregunta para Vd", el show de TVE del presidente. ZP tiró de guión, y dio una lección más de dialéctica, de me preocupa la crisis, haremos lo necesario. Cogió el disco del parlamento, que se lo sabe de memoria, y se lo colocó a los cien ciudadanos preguntones. Lo de Milá fue inaudito. ¿Es la televisión pública pagada el dinero de todos los ciudadanos? Pues no lo parece. Ante las no respuestas de ZP, el ciudadano de turno repreguntaba insistiendo en su inquietud. Hasta que Milá le mandaba callar con elegancia. ZP quedaba en demasiada evidencia.
No recuerdo haber oído contestación contundente a ninguna de las 40 preguntas formuladas,sí mucha dialéctica defensiva. Desde el paro terrible, las promesas de pleno empleo olvidadas, los empresarios que se hunden, los mayores de 50 años que no vuelven a encontrar trabajo y debe resignarse a una mísera pensión que olvida la vida laboral completa, los dependientes sin la asistencia prometida, o el cura que se quedó sin saber la opinión personal de ZP sobre la condición humana de un embrión. Oratoria optista y ristra de números y medidas. Las caras de la gente decían que mucha dialéctica, pocas soluciones y ninguna respuesta concreta. Eso sí, contó varias veces lo de los 8.000 millones de euros dados el Gobierno a los ayuntamientos para que hagan obras y crear 400.000 empleos..
Por prera vez he visto a ZP con cara desencajada ante preguntas demasiado incómodas. Los ciudadanos sabían lo que preguntaban, y le rebatían con fechas y datos concretos. La respuesta a un traductor levantino rozó el chiste. A la pregunta de cuantos palestinos habían matado las armas vendidas España a Israel, ZP respondió que a ninguno. ¿Y usted como lo sabe? inquirió con sorna el traductor. Silencio de ZP. A otro le rebatió con insistencia el que nadie anticipó la crisis hace menos de un año, y el ciudadano le insistía que él lo había leído en los periódicos. Las preguntas estuvieron muy centradas en el país, la política exterior ta menos. Semievasivas envueltas en la fraseología esperanzadora, el optismo antropológico de ZP que ya no convence a nadie. Hasta le preguntaron si no había pensado en ditir, tal y como hacían los entrenadores ante un fracaso reiterado.
MIGUEL CIFUENTES
PERIODISTA
