El Gobierno está agobiado, éste y otros muchos. Se aferra a la Esperanza, con mayúscula, que en esta ocasión es el nombre del plan realizado el Gobierno ZP, que hasta anuncian en la tele. La obsesión Esperanza es un g deliberado para dar moral a la gente, y acortar el plazo de espera hacia la recuperación. El sistema capitalista se basa en la confianza, los golfos del sistema financiero mundial se la han cargado para una larga temada, y alguien debe romper el círculo vicioso. Desde luego, un 14% de paro desmoraliza a cualquiera.
Los gobiernos llaman a expertos, se reúnen, discuten. La historia dice que siempre hubo soluciones, pero estamos en una coyuntura que no está en los libros. Sí lo está la crisis del 29, que tardaron mucho más que ahora en afrontarla, y salieron lecciones hoy olvidadas, a decir de los historiadores económicos. El Nobel Presscott ha abroncado a los medios de comunicación, "han asustado al mundo, esta crisis es la mitad de lo que cuentan,". Dicen que lo hacemos para vender más periódicos, ganar audiencia. Quizás es verdad que vendría bien moderar un poco los discursos, y contar la realidad sin anticipar desgracias que, quizás, no siempre llegarán. Si se arreglan a tiempo, claro.
Esperanza viene del latín "spes", y esperanza es mover los pies, y tirar para adelante. Estoy de acuerdo, pero eso no quiere decir esconder la cabeza debajo del ala para no dar soluciones. El mundo tiene siglos, crisis ha habido unas cuantas y de todas se ha salido. Pero los historiadores no encuentran crisis como ésta, que tiene diez cabezas. ¿Cómo materializar Esperanza? Pactos entre el Gobierno y la oposición, finalizar con el sectarismo, pactos de patronal y sindicatos, apuesta de bancos y cajas el país, un país solidario, los que tienen que decidir tienen que acertar. Es un sueño y es Esperanza, la terapia que hacen ahora en Moncloa. No sé si es demasiada Esperanza.
PD. Oigo a Miguel Herrero y Santiago Carrillo en la Radio ¿qué hacen los bancos? Cuatro de cada cinco pymes no tienen crédito. ¡Explíquenlo¡
MIGUEL CIFUENTES
PERIODISTA