Usar correctamente el cinturón reduce a la mitad el riesgo de muerte y mitiga la gravedad de las lesiones en caso de accidente. Además, protege de salir despedido o de pactar contra el parabrisas.
Estos son motivos más que suficientes para el uso del cinturón de seguridad y de los elementos correspondientes de retención infantil siempre que nos dispongamos a realizar un trayecto, corto o largo, urbano e interurbano.
Datos de la DGT muestran que un conductor que circula a 80 kilómetros hora sin cinturón de seguridad y que sufre un choque frontal, tendrá como resultado la muerte o lesiones graves. El cinturón de seguridad alcanza la máxa efectividad en los vuelcos, donde se reduce un 77% el riesgo de muerte.
De hecho, el cinturón de seguridad debe llevarse tanto delante como detrás, ‘siempre'. Y es que los pasajeros ubicados en las plazas traseras, debido al pacto pueden aplastar al conductor o copiloto.
Un menor sin ningún tipo de sujeción multiplica 5 las posibilidades de sufrir lesiones mortales. Además, nueve de cada diez lesiones infantiles graves o mortales, podrían haberse evitado si se hubiera utilizado este tipo de dispositivo.