El Gobierno de Sudán está censurando a los medios de comunicación y tomando represalias contra los activistas y periodistas defensores de los Derechos Humanos, según informó Human Rights Watch (hrW)
La entidad señala que el acoso, la represión y la censura ha empeorado durante 2008, especialmente desde que el fiscal general del Tribunal Penal Internacional (TPI) pidiera una orden de arresto para el presidente sudanés, Omar al Bashir.
El informe documenta los intentos del Gobierno para reprir a los que informan sobre cuestiones que éste considera sensibles, incluidos los Derechos Humanos, el conflicto en la región de Darfur y la investigación del TPI. "Hoy en Jartum no es seguro criticar al Gobierno de Jartum ni pedir justicia para las víctas de los crímenes horrendos en Darfur", declaró la directora para África de hrW, Georgette Gagnon. "Estamos profundamente preocupados que el presidente Al Bashir utilizará la expedición de esta orden de arresto contra él como una excusa para realizar una represión aún más brutal contra la libertad de expresión", añadió.
Durante los últos meses, los agentes de los Servicios de Inteligencia y Seguridad nacional han detenido y maltratado a tres activistas prominentes que habían hablado en favor de los Derechos Humanos y de la justicia internacional. Dos de ellos fueron golpeados severamente mientras estaban en custodia. Durante el año pasado también al menos tres periodistas que han escrito o publicado artículos que criticaban directa o indirectamente al mayoritario Partido Nacional del Congreso han sido detenidos y arrestados de forma arbitraria.
Por otro lado, el Gobierno de Jartum controla la mayor parte de los medios de comunicación del país, que son propiedad o controlados el Gobierno. Además, el Consejo Nacional de la Prensa, que es responsable de dar licencias y registrar a los periodistas y periódicos, está controlado el Gobierno a través del Ministerio de Información y Comunicaciones. El informe también describe cómo desde febrero de 2008 los agentes de estos servicios de seguridad han visitado de forma sistemática a los pocos diarios independientes que operan en Jartum cada día para revisar las ediciones finales de los diarios y quitar partes o los artículos enteros que ellos consideran como sensibles o críticos con respecto al Gobierno. hrW también señala que al menos cinco periódicos han sido suspendidos después de publicar estos artículos.
La combinación del control gubernamental, la censura diaria de los medios de comunicación independientes y el abuso y el acoso de los periodistas parte de los servicios de seguridad, es una barrera grave a la libertad de expresión y al acceso a la información en Sudán. Cualquier violación de la libertad de expresión supone una preocupación particular ya que hay elecciones previstas para mediados de este año.
EUROPA PRESS