prexclusivo Dos dedos caben en uno de los dos agujeros de este jersey rebajado de Berschka, adquirido una preadolescente en la tienda de Bershka del Centro Comercial Plaza Norte, en Madrid. Cierto es que costó 7'95 euros, pero la prenda es el ejemplo perfecto de aquel viejo dicho" nadie da duros a cuatro pesetas". Las tiendas de la conocida marca están abarrotadas de jovencitas que no reparan en los fallos de las prendas. Ni siquiera en los chinos del barrio de la compradora se atrevieron a reparar el tremendo tomatazo. Como la niña no quiso cambiarlo, su madre tuvo que hacer un zurcido de culo de pollo y el jersey ya anda deambulando la calle. ¿Entiende alguien la fijación juvenil con esta marca?
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