En la Tierra a viernes, diciembre 19, 2025

Le pese a quien le pese

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'Le pese a quien le pese', dijo en una ocasión a prsalud el Consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Juan José Güemes. Y eso mismo pensé yo este lunes a mi salida del Hospital Universitario de La Princesa: 'le pese a quién le pese, la sanidd madrileña es gratuita, es buena y es eficiente'.

El pasado domingo la noche, tras largos minutos con un fuerte dolor de estómago, como nunca lo había tenido, sufrí un síncope. Me desmayé. Perdí el conociento. ¡Qué susto!

Opté (quizá una mala opción… quizá no…) acabar la noche durmiendo e ir al hospital a la mañana siguiente antes de ir a trabajar. Trabajo en una calle perpendicular a Diego de León, así que me acerqué hasta La Princesa para ser atendida en Urgencias. La verdad, ya me habían hablado muy bien de este Hospital pero nunca es grato ir al médico y la sanidad pública y más la madrileña tiene (tenía para mi) muy mala fama, así que me presenté con la mosca detrás de la oreja si a alguien se le ocurría tratarme como a un número de la seguridad social y no como a una persona con nombre y apellidos.

¡Sorpresa! Médicos y enfermeras amables, celadoras encantadoras y todo buenas caras para mí y para los demás Pacientes que estaban siendo atendidos en el hospital. Todo fue rodado. Expliqué mi caso en la entrada y sin ser algo de vida o muerte fui atendida de inmediato.

Profundicé con el Doctor con todo lo que me había sucedido la noche anterior: ‘estaba durmiendo y el fuerte dolor de estómago me despertó. Tumbada en la cama no encontraba la postura en la que el dolor fuera menos intenso. Me estiré, me acurruqué, me senté, me giré… al final opté levantarme al baño. No tenía náuseas ni la necesidad de defecar pero sólo vi salida a mi dolor si me sentaba y esperaba. De repente empecé a marearme y noté sudor fría, síntoma de que me iba a desmayar de un momento a otro. Me agarré al lavabo y lo siguiente que recuerdo fue estar tumbada en el suelo y una voz que intentaba despertarme. Para más INRI cuando perdí el conociento me di un golpe en la cabeza contra la pared (todavía llevo el chichón).

En menos de tres horas me hicieron un reconociento neuronal, me tomaron la tensión, me hicieron un electro, un análisis de sangre y una placa de tórax. Todo un desmayo. Y todo con una sonrisa y bromas mi miedo a las agujas. Prero me atendió el Doctor (Pablo…) y pocos minutos después pasé a tomarme la tensión, hacerme el electro y el análisis de sangre. Mientras esperaba a los resultados de la analítica (la tensión y el electro me habían salido bien), pasé a Rayos para la placa de tórax. Y, así, cuando me llamaron para los resultados y para decirme que me podía ir a casa, a trabajar, se me había pasado el tiempo volando.

No tuve ninguna queja. No vi que nadie la tuviera. Incluso pregunté a los médicos y enfermeras sobre cómo estaban en la sanidad madrileña y nadie protestó, y en ningún momento dije que era periodista. No había pancartas ni reproches. Sin gritos ni exigencias fuera de lugar. Lo dicho… ‘le pese a quién le pese el sistema sanitario del que presume la Comunidad de Madrid funciona, le pese a quién le pese'.

Inmaculada Avia

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