Una de cada cuatro mujeres con cáncer de mama desarrollará un linfedema, una hinchazón del brazo que afecta a la calidad de vida de las pacientes, según se desprende de un estudio realizado la Federación Española de Cáncer de mama (FECMA) desarrollada para conocer la realidad de esta patología y mejorar el tratamiento de las pacientes.
‘Linfedema: prevención y calidad de vida' es un informe realizado FECMA con la colaboración de la compañía biomédica Pfizer en el que han participado profesionales de 218 hospitales españoles y mujeres de 11 asociaciones de pacientes de cáncer de mama. Con la elaboración del estudio han conseguido crear la prera radiografía de la realidad del linfedema en la red de hospitales del Sistema Nacional de Salud.
De esta forma se ha podido conocer que una de cada cuatro mujeres con cáncer de mama desarrollará un linfedema, trastorno consiste en una hinchazón del brazo provocada alteraciones en el sistema linfático y supone un tante obstáculo para el desarrollo de determinadas actividades cotidianas.
Por este motivo, la presidenta de FECMA, María Antonia Gón, abogó ‘fomentar la conciencia a nivel sanitario y social' para mejorar la prevención de esta patología. Según esta experta, la mejor forma de conseguirlo es aplicando la técnica del ganglio centinela, que consiste en analizar un ganglio axilar que será el que determine si puede haber o no otros afectados. De esta forma se evita la extirpación de los ganglios de la zona y, tanto, las consecuentes secuelas.
De hecho, el 64 ciento de los profesionales sanitarios que han participado en el estudio aseguran que en su centro hospitalario se practica esta técnica. Sin embargo, el informe muestra carencias en los servicios de rehabilitación y psicología de los centros sanitarios pertenecientes al Sistema Nacional de Salud (SNS) ya que las prestaciones sanitarias deben garantizar una asistencia integral y continuada a la paciente pero a pesar de los avances experentados se deben completar los recursos necesarios para el tratamiento.
En este sentido, Gón señaló que ‘el tratamiento rehabilitador de manera precoz y continuada' debe constituir ‘una prioridad en estas pacientes' con el objetivo de garantizar una mejora en su calidad de vida.
Junto a la rehabilitación, la otra gran necesidad de las pacientes con cáncer de mama es el apoyo psicológico, aspecto que según las conclusiones del estudio, tampoco cuenta con una cobertura suficiente ni para las propias enfermas ni para sus familiares. El 21 ciento de los profesionales no sabe si se ofrece esta terapia a las pacientes y el 29 ciento desconoce si se presta a los familiares directos. Por ello, desde la Federación Española de Cáncer de Mama se solicita un servicio de atención psicológica desde el mismo momento en que se comunica el diagnóstico y a lo largo de todo el proceso.
Asismo, el informe revela dificultades en la comunicación entre el médico y el paciente. Para la Federación Española de Cáncer de Mama ésta debería llevarse a cabo ‘durante las continuas visitas previas a la intervención que se realizan al cirujano o en el post operatorio'.