España es la octava potencia económica del mundo, pero en lo que refiere al reparto de la riqueza producida el país entre el trabajo y el capital ocupa uno de los peores puestos de los países desarrollados. España tiene un SMI (salario míno interprofesional) de 624 euros mensuales, superior a la media mundial que es de 213 dólares, pero muy inferior al de los preros países europeos. España está en puestos propios de su economía en los índices de equidad de la ONU. Los gobiernos lo saben, y utilizan el truco de comparar otros índices de bienestar. Aunque cada vez cuela menos.
El tema viene a cuento, que el Congreso de los Diputados debatirá mañana elevar el SMI hasta el 60% del salario medio nacional, con lo que el SMI subiría a 800 euros, unos 175 más que ahora. El debate lo ha suscitado una proposición de ley remitida el Parlament de Cataluña, que proponía tal cambio. El propio presidente del Gobierno, Rodríguez Zapatero, se comprometió en campaña electoral a alcanzar ese salario míno para 2012. El Gobierno lleva mal camino de cumplir esa promesa, ya que la subida aprobada en 2009 fue sólo de un 4%, y se necesitaría un incremento medio anual del 7,5% para cumplirla.
La propuesta es muy complicada de cumplir en tiempo de crisis, y lo probable es que sea tumbada. No olvidemos que la patronal CEOE quería unos salarios congelados para 2009 o subidas del 1%. Los sindicatos planteaban subidas del 2%, pero con 3,5 millones de parados el argumento se podría volver contra ellos: lo prioritario es el trabajo para los parados antes que subir el salario a la gente que tiene empleo. Al final, las negociaciones se han roto que no las había, o sea que nadie cedía. No puedo dejar de citar el escandalazo que supone que a los 3 millones de funcionarios, que tienen empleo seguro, se les haya subido el sueldo un 3%, en medio de una crisis económica y de empleo brutal.
PD: Una curiosidad: lean los sueldos de los ejecutivos de las empresas del IBEX publicados ayer El País, una media de 6 a 10 millones de euros anuales, y algunos tienen estos ingresos incluso después de haberse bajado el sueldo hasta un 75%. ¿Cuántos parados podrían comer con la mitad de lo que ellos ingresan?
Miguel Cifuentes, periodista