Todos los ponentes que han participado en la conferencia sobre ‘Servicios acreditados en las farmacias de Barcelona' han coincidido en que es necesario un cambio para que el farmacéutico expanda su rol y pase de centrarse en la dispensación del medicamento a hacerlo en la atención al paciente.
En este sentido, el asesor de proyectos científicos del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Barcelona (COFB), Rafael Guayta, ha declarado que ‘tanto los otros actores del sistema de salud, como el actual escenario del mercado sanitario avalarían el hecho de que el farmacéutico expanda su rol hacia una vertiente más asistencial, siempre y cuando no se entre en conflicto de competencias ni en intrusismo' y ha asegurado que ‘es tante avanzar en el debate sobre la cartera de servicios basados en la gestión del conociento y su retribución, sin miedo'.
Por su parte, Maria Estrada, miembro del Departamento de Formación y Desarrollo Profesional del COFB, ha explicado que el intercambio de jeringas, el programa de manteniento con metadona, el servicio personalizado de dosificación y el programa de deshabituación tabáquica son los servicios más consolidados pero que en estos momentos hace falta evaluar la eficiencia de los programas, paso previo necesario para la retribución. En este sentido, Estrada ha lanzado una pregunta al aire: ‘todo esto, ¿quién lo paga?'.
Mientras, John Slof, del Departamento de Economía de Empresa de la Universidad Autónoma de Barcelona, ha profundizado en los aspectos económicos de la atención farmacéutica. Slof ha establecido la relación valorcoste en los servicios acreditados: ‘el valor es más salud, más calidad y cantidad de vida, y ahorro de recursos como medicamentos, visitas, pruebas u hospitalizaciones'. En cuanto al coste, el economista ha señalado el mayor consumo de recursos, como personal, material, visitas o medicamentos, y la renuncia a otros ingresos. Slof también ha hablado de los precios que deberían tener los servicios acreditados. ‘El precio debe ser el adecuado para que tanto el farmacéutico como el paciente salgan ganando, pero la cosa se complica cuando hay más actores plicados, como ejemplo la Administración', ha advertido el economista.