Recuperar la confianza del consumidor y medir el éxito no el volumen sino la rentabilidad. Estas son las dos claves para salir de la crisis que ha querido resaltar el presidente de Faconauto, Antonio RomeroHaupold.
Así lo ha querido resaltar el presidente de la Federación de Asociaciones de Concesionarios de la Automoción (FACONAUTO) en el marco del XVIII Congreso Nacional de la Distribución de Automoción. De hecho, Antonio RomeroHaupold Caballero ha resaltado la tancia de centrarse en el consumidor para salir de la crisis. De esta forma, ha pedido que todo el esfuerzo que pueda hacer el Gobierno en este sector tenga que llegar a los clientes y centrarse en vender más coches, para poder seguir fabricando modelos.
Por otro lado, el presidente de Faconauto ha hecho hincapié en las dos medidas, que a su entender, debe contemplar cualquier plan de automoción que pretenda acelerar la salida de la crisis: las ayudas directas a los compradores y vincular la concesión de ayudas a los bancos y financieras con la obligación de conceder créditos a los clientes que tengan un scoring determinado.
En este sentido ha calificado de ‘gravedad y urgencia' la situación que atraviesa el sector, destacando el consenso alcanzado en el seno de CEOE parte de todas las organizaciones del sector de automoción y del que ya les hablábamos desde prseguridad vial.
Ante este entorno económico, Antonio RomeroHaupold ha destacado que los concesionarios siguen siendo las financieras de los fabricantes, ya que financian los stocks de productor con avales personales e hipotecan sobre su patronio. A 31 de enero de 2009 los stocks de vehículos en concesionarios superaban los 450.000 vehículos y las pólizas de crédito stock de todos los concesionarios ascendían a la cifra de 28.500 millones (fuente ASNEF).
Además de las medidas que el Sector de automoción demanda, Faconauto viene solicitando al Gobierno y a los grupos parlamentarios una Ley que regule los contratos de distribución, que ate seguridad jurídica y estabilidad en las relaciones comerciales entre fabricantes y distribuidores, ‘que evite las situaciones de abuso, que garantice el equilibrio contractual entre los operadores y que fomente la competencia y la calidad en la prestación de servicios'.