Laboratorios STADA y la Sociedad Española de Farmacia Comunitaria (SEFAC) han firmado un convenio de colaboración para fomentar el desarrollo de servicios profesionales en la farmacia comunitaria.
El objetivo es contribuir con distintas acciones a la plantación y adecuada gestión de una cartera de servicios amplia, reconocible los pacientes y compatible con la realidad de la farmacia como pequeña o mediana empresa.
La firma del convenio, realizada en la sede de STADA en Sant Just Desvern (Barcelona), contó con la presencia de Jesús Gómez, vicepresidente de SEFAC, quien destacó la necesidad y la tancia de atar unas bases para ayudar al farmacéutico a plantar y gestionar los diferentes servicios cognitivos que engloba el concepto de atención farmacéutica teniendo en cuenta la realidad actual de la farmacia en un entorno cada vez más competitivo y complejo. Mientras, Montserrat Almirall, directora general de STADA, afirmó que ‘la farmacia debe consolidar su papel como centro sanitario próxo al paciente'.
El prer fruto del acuerdo será la edición de un curso dirigido José Ibáñez, expresidente de SEFAC y presente también en la firma del convenio, y elaborado un grupo de expertos de distintas áreas tanto del campo de la atención farmacéutica como de la gestión y la comunicación con el fin de ofrecer pautas y soluciones prácticas y realistas que sirvan como bases para la plantación y gestión de estos servicios.
Más allá de la mera dispensación de medicamentos, la farmacia comunitaria viene asumiendo desde hace años un papel cada vez mayor en la atención al paciente como respuesta a la evidencia de que existe un elevado índice de problemas relacionados con el uso inadecuado de los medicamentos y también a la creciente demanda de servicios de prevención y promoción de la salud parte de la sociedad.
Dispensación, indicación farmacéutica, seguiento farmacoterapéutico o ayuda al cumpliento terapéutico como servicios esenciales ligados directamente al medicamento, y algunos más complementarios como determinación de valores bioquímicos, deshabituación tabáquica o asesoramiento nutricional, entre otros, son algunos de los elementos que pueden componer una cartera de servicios cognitivos cuyo gran reto es llegar a ser reconocida y demandada los pacientes y compatible con el modelo actual de gestión de la farmacia en España.