El dolor lumbar, una de las causas más frecuentes de atención médica en los países industrializados, se aborda actualmente con más de 200 tipos de medicamentos, inyecciones, técnicas quirúrgicas, plantes y otros productos sanitarios, a pesar de que la mayoría no ha demostrado científicamente ser eficaz, seguro y eficiente.
Según un artículo publicado ‘Spine' presentado el Centro Cochrane Iberoamericano y la Fundación Kovacs el incorrecto tratamiento se traduce en ‘riesgos innecesarios' para los pacientes y un ‘coste superfluo' que deben asumir los Sistemas de Salud. En este sentido, ambas entidades señalaron que este caso no es exclusivo de España, sino que, ejemplo, tanto en Estados Unidos como en Europa se ha duplicado el número de operaciones quirúrgicas de fusión vertebral, a pesar de que los estudios científicos cada vez cuestionan más su eficacia.
Del mismo modo, las técnicas de termocoagulación intradiscal, que consisten en ‘quemar' el interior del disco intervertebral con el fin de destruir los nervios que transmiten el dolor, se han aplicado sólo en Estados Unidos a más de 75.000 pacientes, antes de que se demostrara que son ineficaces y peligrosas.
Asismo, otras tecnologías como las infiltraciones intradiscales de corticoides, los aparatos de tracción, o muchos plantes para reforzar la fusión vertebral, se están aplicando a los pacientes sin haber comprobado previamente si son eficaces o si sus riesgos están justificados. Al mismo tiempo, se ha ido conociendo la existencia de múltiples becas de investigación ficticias y otros incentivos económicos que ligan a algunos médicos e investigadores con ciertos sectores de la industria sanitaria.
En el artículo ‘¿Es la investigación sobre dolencias de la espalda un campo minado?', que publica la revista científica Spine, un grupo de los principales expertos internacionales en el ámbito de la espalda analizan las causas que han llevado a esta situación y definen las medidas necesarias para solucionarla. Entre éstas destacan el deseo de la industria de desarrollar nuevos productos, que superen a los ya vigentes que los pacientes buscan otros, para comercializarlos sin ningún tipo de evaluación.
En este sentido, el director de la Red Española de Investigadores en Dolencias de la Espalda (REIDE) y uno de los coautores españoles del artículo, Francisco M. Kovacs, afirmó que ‘la industria usa estrategias cuestionables para maxizar sus ventas patrocinando estudios que no evalúan los aspectos tantes para la evolución de los pacientes sino que se centran en aspectos nios en los que sus productos parecen ser ventajosos, aunque en la práctica no supongan ninguna mejora real'. Por otra parte, tal y como apunta el artículo, la financiación de la industria es esencial para muchas Sociedades profesionales, lo que le permite influir en sus decisiones.
Para el doctor del Centro Cochrane Iberoamericano y coautor del artículo Gerard Urrutia, ‘la situación actual está cuestionando la calidad y la parcialidad de las investigaciones científicas sobre las tecnologías sanitarias' de tal forma que la tendencia actual está conduciendo a una atención médica ineficaz, peligrosa y cara. Además, el doctor apuntó que ‘malgastar unos recursos litados restringe inapropiadamente el uso de tratamientos efectivos y dificulta la innovación'.