El acuerdo entre Telefónica y Vodafone para compartir redes de telefonía móvil en Europa ha causado un gran revuelo y ha sido anunciado como histórico. Puede que lo sea su densión, que plica a Alemania, Irlanda, Reino Unido y España, además de negociarse la ampliación a la República Checa. Pero en España ya se compartían redes móviles desde 2006. Fue pionero el acuerdo de ran sharing, para compartir tanto el emplazamiento como la antena, firmado Vodafone y Orange para ciudades con menos de 25.000 habitantes. Un año después, Vodafone firmó con Telefónica otro acuerdo para compartir solo el emplazamiento de las antenas de telefonía móvil, que incluye torres, casetas y sistemas de alentación eléctrica, instalación sobre la que cada operador pone su antena.
El acuerdo de ayer apenas repercutirá en España, que será una ampliación del realizado ambos operadores en 2007. Hasta hoy, han compartido 2.200 emplazamientos, y sumarán otros nuevos durante 2009 y 2010. Queda ver si Telefónica pondrá su antena en los emplazamientos compartidos entre Orange y Vodafone. Cabe esperar que lo haría solo en los que están gestionados Vodafone, pues en su acuerdo con Orange se reparten la gestión de las antenas geográficamente.
Los mejor del acuerdo de ayer es que servirá como argumento del esfuerzo realizado operadores en la racionalización de infraestructuras ante los ayuntamientos que mantienen su oposición a la plantación de antenas, a pesar de haberse demostrado su inocuidad en diversos laboratorios médicos. "Para nosotros es tante que nos permite ser más eficientes en el despliegue, y además teniendo en cuenta las dificultades derivadas de normativas municipales en algunas ciudades españolas. Nos ayudará a llegar a acuerdos con determinados ayuntamientos", asegura el tavoz de Vodafone. La litación del pacto ambiental es un argumento incontestable.
La situación económica aumenta el beneficio del ahorro de costes que permitirá el acuerdo, estados en torno a los cientos de millones de euros para ambas compañías en los próxos 10 años. En el comunicado de ayer se habla de que ambos operadores estudiarán conjuntamente otunidades de cooperación en otras áreas como la provisión de servicios de transmisión. Se trataría de compartir las redes fijas que enlazan las antenas móviles con las grandes redes troncales de telecomunicaciones, y eso será beneficioso, fundamentalmente, en Gran Bretaña.
PD Lo mejor de todo es el hecho de mantener la dinámica de firmar acuerdos de cooperación que ahorre dinero. No solo las vacas flacas económicas, sino que la telefonía móvil es un mercado muy maduro en Europa, que tiene escaso creciento en nuevos clientes, pero debe mantener sus fuertes inversiones en redes para responder a nuevas demandas de servicios. Así, será más fácil para todos.
SUSANA BLÁZQUEZ, PERIODISTA