Esto es lo que ha decido el Ministerio de Sanidad con respecto al realización del estudio antropométrico de los hombres y que supondría la segunda fase de un estudio que introdujo las palabras diávolo, campana y cilindro en nuestro vocabulario habitual. Bernat Soria recorta de aquí y de allí para hacer frente a una crisis, que de momento, deja a un lado la investigación en este ámbito.
En la prera fase del estudio, que costó 1.791.000 euros según el BOE, se analizó la figura de 10.415 mujeres que dieron como resultado la existencia de tres morfologías tipo: diábolo, campana y cilindro. A partir de ahí y a través del apoyo de representantes del sector textil y de la moda se pretendía llegar, paulatinamente, a una unificación de las tallas ya no sólo a nivel nacional, sino también europeo.
Desde el Ministerio, Domingo Roibás confirma que la causa de esta suspensión temal se debe a la crisis económica y que ‘de algún sitio se tiene que recortar'. La partida destinada a la finalización del estudio de la morfología de la sociedad española no está presente en los presupuestos del ministerio para este ejercicio, aunque fuentes de la administración aseguran que ‘se aplazará para el próxo año'.
Por su parte, a la Asociación en Defensa de la Atención a la Anorexía Nerviosa y Bulia (ADANER) que preside Juana Martín ha comentado a prsalud que ‘hasta hace muy poco las negociaciones al respecto se estaban produciendo con normalidad, esto es una sorpresa' y que a su parecer ‘la crisis la utiliza cada uno como quiere'. Además, también ha recordado que ‘la convocatoria de subvenciones todavía no se ha hecho pública, algo que normalmente se producía a finales de febrero'.
Si bien la incidencia de enfermedades como la anorexia y la bulia es mayor en el caso de las mujeres, en los últos años el número de varones afectados este tipo de trastornos ha aumentado considerablemente. Aún así, Roibás recuerda que ‘cuando se planteó el estudio, la prioridad eran las mujeres y el tema de los hombres no era prioritario'.
La prera parte del estudio fue llevada a cabo el Instituto de Biomecánica de la Universidad Politécnica de Valencia que, para tomar las medidas, instaló una serie de cabinas más de 60 ciudades españolas en las que en 30 segundos se realizaba el informe de cada voluntaria. Para la realización del estudio de los hombres se emplearía la misma técnica y el coste sería muy silar.
De momento los hombres tendrán que conformarse con recorrer las tiendas de ropa y aquello de ‘no sé cual es mi talla' dejará de ser un tópico masculino para ser una certeza demostrada.
