31 de marzo. Se acaba el plazo. Se van los idus de marzo, que también trajeron bonus, lo visto. Queda menos para todo. Obviamente. Los mamadores y ladillas buscan la trinchera con afán. Lo que no han conseguido años de historia lo van a lograr estos golfos: unir a la peña. Se merecen la huelga, se merecen un gran golpe en mitad de sus conciencias (para que les despierte el alma). Algún membrillo se ha dedicado a preguntar a sus subordinados si íbamos a trabajar el jueves. Qué miserables. Por momentos me ilusiono. Sé que son los nervios. Pero vamos a ganar.
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