Alicante acoge las ‘Jornadas de Formulación Magistral: situación actual y tendencias futuras', organizadas el Área de Farmacia Hospitalaria de AstraZeneca.
En los últos años se ha hecho patente un tante incremento de la formulación magistral y preparados oficiales en los hospitales españoles. Ante la ley, estos productos son considerados medicamentos, aunque su elaboración se realiza de forma individual para cada paciente.
Con el objetivo de tratar todos estos asuntos se han organizado estas jornadas que tendrán lugar en el Salón de Actos del Hospital General Universitario de Alicante. A modo de ejemplo, este centro hospitalario preparó 1.800 fórmulas magistrales (que pueden constar de varias unidades) y 10.500 preparados oficiales (incluyendo antisépticos y desinfectantes) en 2008.
‘El Ministerio de Sanidad y Consumo debería clarificar, desde el punto de vista normativo, la utilización de medicamentos registrados como materia pra de fórmulas magistrales y preparados oficinales, con sus litaciones e indicaciones', ha destacado Juan Selva, doctor en Farmacia y responsable de la Sección de Farmacotecnia del Hospital General Universitario de Alicante. ‘También habría que incorar las nuevas fórmulas de tante necesidad terapéutica al formulario nacional, que debería ser más dinámico'.
El también coordinador de las jornadas recuerda que en los hospitales españoles se llevan a cabo múltiples manipulaciones de medicamentos parenterales (unidades nutrientes artificiales, fluidoterapia con aditivos, fármacos oncológicos, etc.), lo que representa miles de unidades al mes, en algunos casos. Estas prácticas ‘deberían disponer parecidos requerientos a la fabricación fórmulas magistrales y preparados oficinales', ha añadido.
Las fórmulas magistrales se suelen preparar para pacientes pediátricos; en adultos a los que no se les puede administrar un determinado medicamento contraindicación con alguno de sus componentes (excipientes); en pacientes sondados y geriátricos con dificultades de deglución, en aquellos casos en los que se ha dejado de fabricar un determinado medicamento, y ventajas derivadas de las prestaciones de la propia fórmula (dosis, sabor, forma farmacéutica, etc.).
El control de calidad de las fórmulas magistrales y preparados oficinales tiene dos vertientes: mientras que las materias pras necesitan del certificado analítico del proveedor o un análisis en el propio hospital, los productos acabados requieren algunas pruebas que ayuden a ratificar la idoneidad de lo realizado. En general, ‘hay que disponer de procedientos normalizados de trabajo conformes a la legislación vigente', ha explicado el experto ya que ‘el nivel de exigencia es el mismo para el hospital que para la oficina de farmacia'.