El Estado está tratando de pulsar una nueva ley de puertos que cambie las reglas del juego y rompa el monopolio de los estibadores además de elinar las tasas únicas para las 28 autoridades Portuarias. Sin embargo, a pesar de tener en contra a los estibadores, la Comisión Nacional de Competencia asegura que esta apertura queda incompleta en lo que se refiere a la manipulación de mercancías.
Por su parte, el ministerio de Fomento pretende mejorar las capacidades de los puertos ya que ellos pasa el 80% de las mercancías que entran y el 50% de las que salen. El propio ministerio considera que no se pueden establecer una misma tasa para todos los puertos del Estado ya que cada uno tiene su propia particularidad y lo que pretende es fomentar precios competitivos entre ellos para estular el mercado de mercancías marítas.
Pero situémonos. El sindicato es el que maneja los pool. De esta manera las compañías estibadoras no tienen trabajadores fijos mientras que el gobierno obliga a mantener, al menos, al 25% de personal de manera fija para así cubrir las jornadas de trabajo. La mayoría de compañías de estiba no tienen trabajadores fijos y cuando requieren mano de obra acuden a lo que denominan pool, el órgano que aglutina a los estibadores, controlado el sindicato.
De hecho, estas compañías de estiba funcionan de tal manera que todas las empresas que operan en el muelle están sujetas a una misma estructura y organización, lo que pide la diferenciación entre ellas o, lo que es lo mismo, la competencia, según fuentes de Puertos del Estado. Una de las reformas estaría dentro de las comunidades autónomas lo que les deja a ellas el aumento de la plantilla fija en las estibadoras.
Una de los principales asuntos que cuestiona la CNC es la vuelta a la titularidad pública de los servicios tuarios, que pasarán a prestar los operadores privados en régen de gestión indirecta, salvo ciertas condiciones en que lo hará la respectiva Autoridad Portuaria.
Además, critica que no avanza suficientemente en la liberalización progresiva del servicio de manipulación de mercancías y mantener el régen de exclusividad de las entidades que proveen de estibadores, lo que provoca un encareciento de los costes.