En España se necesitan alrededor de 700 pediatras más para conseguir el cupo ópto de pacientes que debe tener cada profesional profesional, entre 800 y 1.000, aunque el momento las administraciones públicas no han adoptado ninguna medida para afrontar este problema al tiempo que aumenta el número de sanitarios de esta especialidad que deciden desarrollar su profesión en otro país donde disfrutan de mejores condiciones laborales y económicas, según se desprende del estudio nacional ‘La pediatría extrahospitalaria y de atención praria: situación actual y perspectivas de futuro' realizado la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Praria (SEPEAP).
En este sentido, el presidente de SEPEAP, José Luís Bonal, señaló que actualmente no se sabe exactamente cuántos son los facultativos que se necesitan de más que las necesidades en cada Comunidad Autónoma son diferentes. Aunque se trata de una estación, Bonal señaló que este aumento de facultativos resulta, junto con otras medidas, necesario para conseguir que los profesionales no superen el cupo de pacientes considerado adecuado para poder atenderles correctamente.
De echo, según este estudio, la principal preocupación de los pediatras, es la presión asistencial, que ha aumentado en los últos años debido al creciento de la población infantil y al estancamiento del número de profesionales. Así, mientras los médicos estan que cada pediatra debería atender a entre 800 y 1.000 pacientes, el 50 ciento de las Comunidades Autónomas se encuentra enca del cupo ópto. Esto se traduce en que los pediatras encuestados, de los que el 59,6 ciento son mujeres y el grupo de edad más numeroso corresponde a los doctores con entre 46 y 55 años, observan una media de 32 pacientes al día pero en algunos casos, como en Andalucía, atienden hasta 70 menores cada jornada.
Las Comunidades Autónomas que sotan una mayor sobrecarga son Cataluña, con un cupo de 1.232 pacientes seguida de Baleares, con 1.137 y Ceuta y Melilla, con 1.069. En el extremo opuesto se encuentran el Principado de Asturias, con 768 pacientes médico; La Rioja, con 856 pacientes y País Vasco con 902. Sin embargo, las Comunidades en las que los médicos sotan, en general, peores condiciones laborales son los que se encuentran en la Comunidad de Madrid y Andalucía.
Esta sobrecarga de pacientes conlleva una peor atención de los enfermos debido a que se invierte menos tiempo cada uno de ellos, con una media de 9,4 minutos paciente mientras que lo adecuado según los médicos sería de 12,7 minutos, con variaciones según se trate de los lactantes, que se necesita más tiempo para atenderles que a los mayores de cinco años. Sin embargo, una gran cantidad de pediatras, que Bonal cifra en 'miles a pesar de que el Ministerio afirme que son pocos', emigran a otros países como Portugal, Francia o Suecia, donde encuentran mejores condiciones laborales.
Otras de las cuestiones que inquietan a los pediatras son, este orden, las condiciones laborales inadecuadas, en un 25,5 ciento de los casos, seguido de la mala gestión u organización, en un 24,3 ciento de los casos; las pocas posibilidades de realizar tareas no asistenciales como actualizar sus conocientos, en un 18,2 ciento de los encuestados; la falta de recursos, en un 14,8 ciento y últo el escaso reconociento de la profesión, en un 3 ciento de los casos, denostada en muchas ocasiones los padres de los niños que acuden a sus consultas.
Ante esta situación, la SEPEAP ha propuesto un aumento de la bolsa de pediatras mediante la mejora e las condiciones laborales y el incremento de los facultativos fomentando la participación de los pediatras del hospital en los centros sanitarios, ampliando el número de residentes y manteniendo en activo a los mayores de 65 años ya que muchos mantienen plenas facultades físicas y mentales y además cuentan con una dilatada experiencia.
Para resolver el problema de la inversión inadecuada del tiempo del pediatra, los profesionales proponen reorganizar los equipos de atención praria aumentando la dotación de enfermeras de este servicio y redefiniendo las funciones. También apuestan ajustar la cartera de servicios reduciendo la atención de urgencias y racionalizando las actividades preventivas. Al mismo tiempo, y para acabar la hiperfrecuentación, defienden la introducción de medidas moderadoras y la educación de los ciudadanos.