Escucho perpleja a mi alrededor. La culpa es del comité, que no saben negociar: sólo piensan en ellos. No soy yo muy proclive al sindicalismo, pero de ahí a creerme todas las sandeces que sueltan algunos iluminados hay un trecho nada fácil de recorrer. Independientemente de que para llegar a esta situación hemos tenido que fallar mucho (todos), quien ha llevado a la empresa a este callejón sin salida no han sido los trabajadores. Y el que quiera comprar esa milonga, que se la coma hasta dentro.
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