La semana pasada vos algunos de los aspectos más destacados de las nuevas tecnologías y prometos analizar varios de ellos, para ver qué es lo que supuestamente hacemos bien y qué hacemos mal.
Son muchas las dudas que nos plantean los padres cuando desde Adicciones Digitales (http://www.adiccionesdigitales.es/) damos una charla en algún colegio. Hace un par de semanas, sin ir más lejos, en Valencia, un padre preocupado me preguntó algunos cambios que había notado en su hijo quinceañero en los últos meses. Cambios totalmente negativos. No sabía si tendrían relación con las nuevas tecnologías.
Lo cierto es que el matronio llevaba varios meses con la mosca tras la oreja que su hijo había pasado de ser un chico encantador a ser un chaval a quién no se le podía hablar. Estaba intratable. Todo le parecía mal, todo el mundo estaba contra él, todos le odiaban. Ellos pensaban que era cosa de la edad. Y lo era, pero también de otras situaciones.
Lo prero que le dije a ese padre preocupado, que reconoció que consideraba que su hijo pasaba un tiempo excesivo con el ordenador, es que se plantease algunas preguntas. ¿Por qué pasa tanto tiempo mi hijo en su habitación? ¿Por qué de un tiempo a esta parte le ha cambiado el carácter? ¿Cuántas horas lleva enganchado con el móvil, el videojuego o conectado a Intet? ¿Cuánto se ha gastado en los últos meses en el móvil? ¿Por qué le gusta tanto en Messenger y tan poco hablar cara a cara? ¿Qué es eso del Tuenti de lo que tanto habla y que yo no entiendo?
Con estas preguntas y sus correspondientes respuestas, el padre se hizo una composición de lugar. Efectivamente, su hijo no es que estuviese en plena pubertad y sus cambios de humor se debiesen a su nueva etapa en la vida. Lo cierto es que eso no había influido prácticamente nada, que lo que ocurría es que ese chico pasaba todo el día enganchado al ordenador, Excepto el rato que supuestamente estaba en el colegio. Digo supuestamente que muchos días hacía pellas, novillos o como ellos prefieren decir fumarse las clases.
El matronio había cometido varios errores, graves. El principal de ellos fue permitir que el chaval tuviese su propio ordenador en su habituación, con conexión a Intet. Así no había forma de que el chico estudiase, que lo cierto es que el padre también me reconoció que las notas del chaval iban de mal en peor. Había empezado el curso mal y lo iba a acabar de pena.
Ante esta situación, cuando la adicción ya se ha producido nosotros en Adicciones Digitales no podemos solucionar el problema, que lo que hacemos es intentar prevenir esas situaciones para que no se produzcan. Cuando es tarde hay que recurrir a otro tipo de profesionales de la salud, sicólogos y siquiatras, principalmente.
Estas adicciones son complejas, algunas tardan años en curarse. Me contaba hace unos meses el responsable de un hospital infantil de Madrid que un chaval adicto al ordenador o el móvil, puede tardar entre tres y cinco años en curarse totalmente.
Por eso es mejor el remedio que la enfermedad.
La semana que viene contaré como se curó de su adicción la móvil el hijo de un conocido mío. Fue un caso excepcional después de años de adicción. Y la cura fue de lo más sencilla.
Juan Manuel Romero Martín, periodista
