Si es de calidad, tiene buenos retajes sobre temas de actualidad y una información parcial, junto con películas, magazines y una programación de alto nivel cultural y educativo, y eso no es sinóno de aburriento. No me taría pagar una televisión como la BBC y a un precio silar al pagado los británicos. Silar que no igual, o sea acorde a nuestra renta per cápita, que es inferior a la británica y a la de países ricos europeos. Es lo que se está poniendo en Europa, y no es tan caro. La pionera Gran Bretaña cobra un canon tenencia de televisor, que supone una media de 170 euros anuales familia, aunque en Gran Bretaña hay también un canal público que se financia con publicidad. Un sistema mixto. A partir de ahí, el esquema de televisión pública del resto de Europa conforma un abanico de posibilidades, aunque se podría resumir en un sistema mixto con desigual peso de canon, publicidad o atación estatal.
Algo así parece que se va a poner en España, pero sin canon. Por lo menos, es lo que ha dicho la vicepresidenta Teresa Fernández de la Vega, que lleva los temas referidos a la televisión, según se desprende las múltiples fotos realizadas con las cabezas visibles de la pequeña pantalla española, y afirman en su gabinete de comunicación. El pasado 22 de abril, dijo en el Congreso que se mantendrá el modelo de radiotelevisión pública diseñado el Gobierno y acordado entre todas las fuerzas políticas. Recalcó que pública, independiente y desgubernamentalizada, con vocación mayoritaria y de calidad, y económicamente sostenible. El Gobierno dice estar diseñando el modelo de suficiencia económica "que no grave ni a los ciudadanos ni a los Presupuestos Generales del Estado". Y ha añadido que no hará peligrar el empleo de los trabajadores de RTVE, y no perjudicará a las cadenas privadas que ahora están mal con la crisis de la publi. Da igual, horror las pelas, con la iglesia hemos topado.
Las cadenas de televisión callan y esperan, contentas que la reducción publicitaria de TVE aumentará sus arcas, aunque recuerdan que ya pagan el cine para que no les caiga mucho. Pero las asociaciones de casi todo están protestando para evitar pagar los platos rotos. AETIC, que es el patrono de las empresas de telecomunicaciones y de tecnologías de la información, ha salido al paso para decir que ponerles una tasa para pagar la televisión pública sería un "error político y económico", silar al popular canon digital. Quejas silares ha pronunciado Astel, que es la asociación de los operadores de servicios de telecomunicaciones. Los sindicatos de RTVE protestan, igual que Izquierda Unida, antes del despido que de la Vega ha prometido no se producirá.
Bueno, pues yo si quiero pagar un canon tener buena tele pública, pero que me ponga buenas películas, series y documentales maravillosos, como la BBC. Y que dejen de itar los realities shows, de tanto éxito en las privadas comerciales, enseñando a bailar a famosillos con tutú rosa.
SUSANA BLÁZQUEZ
PERIODISTA
