Nuestro tercer ‘periodista viajero' es Jesús Martín Tapias. Fue corresponsal de Antena 3 en Londres, y actualmente es director de la redacción central de Informativos de RNE. Jesús nos habla de lo absorbente que es este trabajo, nos lo explica con una anécdota personal, ya que dos días después de nacer su hija en Londres tuvo que ir a cubrir los acuerdos de paz del vies santo de Belfast. INCLUYE VÍDEO.
Jesús Martín Tapias también ha cubierto varios conflictos como enviado especial, como la Guerra de Irak y la prera Guerra del Golfo. Jesús hizo un retaje de investigación de la muerte de su compañero Ricardo Ortega en el conflicto de Haití y fue galardonado con el premio FIPA de Oro en el Festival Internacional de Biarritz de 2005. Aún sigue pendiente de la resolución del cado de su compañero. El 9 de marzo, cuando se cumplieron cinco años de la muerte del periodista, expuso que el caso aún sigue abierto.
Sobre su etapa en Londres nos ha contado muchas experiencias. Nos confiesa que cuando ya tenía decidido que se quería ir, que quería dejar la corresponsalía, detuvieron al ex dictador chileno Augusto Pinochet y ‘desde ese día hasta el final no dejé de trabajar ni un solo día, y fueron seis meses'. Para conciliar vida familiar y laboral se buscó una casa cerca de la oficina y se llevó a la familia a cuestas.
Jesús Martín Tapias también tuvo que trabajar sorteando la censura, en su caso puesta el ejército israelí en la prera Guerra del Golfo, cuando él estaba cubriendo Jerusalén y algunas zonas de Palestina. En este caso el ejército justificaba que no querían dar al enemigo información sobre dónde habían caído las bombas, para que no afinaran la puntería. ‘Pero a veces lo utilizaban como una censura para todo' nos explica. Una censura difícil de sortear que emitía sus crónicas desde una emisora israelí.
Recuerda anécdotas divertidas, y no sabe cuál elegir. Pero tiene claro cuáles desearía olvidar. Nos habla de una matanza de niños en una localidad escocesa. Recuerda que sobre ese pueblo había caído ‘una losa' y él, lejos de buscar el morbo y ahondar en la herida, lejos del mito de la insensibilidad del periodista que lo ha visto todo, preguntaba a la gente con la mirada si quería decir algo, no se atrevía a otra cosa. También recuerda con pena el haber asistido al entierro de varios niños víctas de un atentado del IRA.
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