Los diarios quieren dinero del Ejecutivo. Nada nuevo que os contamos hace varias semanas. Y las reuniones se suceden y Pedrojota protesta en su homilía dominical, pero de momento nada. El problema es que las ayudas a la prensa no están tan claras como las de la tele que desde hace muchos meses tienen nombre y apellido: fusiones, TDT de pago y el fin de TVE como competencia comercial. En el caso de la prensa ninguna de las demandas son del todo viables y pocas podrían tener una repercusión inmediata en las cuentas de resultados de los diarios.
¿Cuáles son las ayudas que piden los diarios? Pues las mismas que os venos comentando hace meses: ayuda a la innovación tecnológica, IVA cero a los diarios, pulso a la lectura en colegios y un aumento específico de la publicidad institucional. Un paquete que los diarios piden para que al menos se equipare a las medidas puestas en marcha en Francia Nicolás Sarkozy, un paquete que el Ejecutivo español ha desestado casi completamente desde su inicio.
La presión de los diarios tiene sentido considerando que las ayudas a la televisión su principal competidor en la tarta publicitaria ha sido el principal beneficiado, y las largas que constantemente les ha dado María Teresa Fernández de la Vega. El problema es que ninguna de sus peticiones parece tener viabilidad en estos momentos. El Ejecutivo ya ha descartado desde el comienzo rebajar el IVA, ya que esta es una competencia tributaria que tiene que ser consensuada con Europa.
Las ayudas directas también han sido descartadas, ya que cualquier aumento de la publicidad institucional sólo hacia los diarios, podría generar un verdadero terremoto en los demás medios de Comunicación y se estaría muy cerca de infligir los límites de la actual normativa que regula esta materia. En el caso de las ayudas tecnológicas para la reconversión de los kioscos, parece que tampoco se ha avanzado. Ya se han dado algunas ayudas, pero parecen que no son la solución directa para mejorar la venta de periódicos.
Frente a esto, lo único viable son las ayudas para el fomento de la lectura en colegios, aunque nos preguntamos si al fomentar la lectura, automáticamente se está generando hábito en los menores de comprar periódicos. Lo vemos difícil y como mucho se creará un hábito de leer en cualquier sote y en esto llevan la delantera la gratuidad de intet y las cabeceras que no comtan un pago. En resumen, medidas ineficaces e inviables, que hacen convierten las demandas de los directivos de prensa en agua de borrajas y reivindicaciones sin mucho fundamento.
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