La semana pasada corrieron ríos de tinta sobre la multa de 1.060 millones de euros puesta la Comisión Europea a Intel abuso de posición dominante, que ha sido la mayor pena puesta la CE. La multa supone el 4% de los ingresos de Intel y el 27% de sus ganancias en 2008, y la razón ha sido prácticas como pagos realizados Intel a fabricantes de ordenadores para que no utilizaran los chips de su competidor AMD. Intel lo ha negado todo y se dispone a recurrir la sanción. Su repercusión ha sido tal que ha llegado a ser comidilla de los foros expertos de todo el mundo. Los comentarios del newsletter que me envía desde Argentina el abogado experto en telecomunicaciones Enrique Carrier no tienen desperdicio.
La sanción de Bruselas se refiere al periodo 2002 y 2007, y la investigación de los organismos comunitarios se inició a raíz de varias quejas presentadas AMD en 2000, 2003 y 2006. Y precisamente el retraso entre la prera queja y la multa, que ha sido de nueve años, es la mayor crítica realizada Carrier. 'Una característica que dificulta la regulación antonopólica en la industria tecnológica es su particularidad de tender a la concentración. Se podrá discutir si es conveniente intervenir en un mercado con esta tendencia natural, pero si se opta hacerlo las decisiones deben ser rápidas. Si no lo son, no ta que se aplique un castigo ejemplar. Para cuando se haga, la competencia habrá desaparecido o estará seriamente disminuida'.
Comenta que el mercado de chips 'es sólo apto para pocos y grandes jugadores. Las inversiones son monstruosas y constantes, lo que deben amortizarse a través de grandes economías de escala. Esto hizo que en los últos 20 años hubiera distintos intentos de participar en el negocio de chips para PC, pero sólo Intel y AMD subsistieron'. Termina diciendo que 'quizás el camino de las multas no sea el más apropiado para terminar con una situación de abuso dominante', que pueden secar las cuentas de una empresa hasta el punto de dañar el dinero que dedica a I+D. 'Por otra parte, si para llegar a esto se necesita más de una década, dado que Intel puede apelar, para cuando llega el remedio el enfermo puede que ya esté muerto o con secuelas irreparables'. Pues eso.
SUSANA BLÁZQUEZ
PERIODISTA