Hace un par de semanas, cuando el Consejo de Ministros aprobó el proyecto de ley para la nueva financiación de Radio Televisión Española (RTVE), leí en alguna parte la que la Vicepresidenta verdadera artífice del desaguisado había logrado un hito nada fácil: unir en una sola voz y sin fisuras a todo un sector, el de las telecos, que habitualmente ha estado duramente dividido.
En aquel momento me hizo gracia la reflexión, pero es que hoy estamos viendo que era la verdad. En menos de 24 horas, nada menos que el órgano regulador de esta industria, la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT), dependiente del Gobierno, no lo olviden, y la asociación de operadores ASTEL, han tomado las preras medidas para oponerse frontalmente al canon que De la Vega les quiere obligar a pagar para que la tele pública no tenga anuncios.
La Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones ha emitido un informe, que no vincula pero, sin duda, puede pesar mucho en el Consejo de Estado, en manos de quien está ahora el proyecto de ley, en el que critica sin ambages que los operadores tengan que ceder casi el 1% de sus ingresos a financiar un negocio que nada tiene que ver con ellos, y en el que deja traslucir que la elección del sector de las telecos ha sido poco menos que arbitraria.
Vamos, que podían haber sido, con el mismo criterio, las aceiteras de Jaén o las compañías aéreas las que se hicieran cargo de los caprichos de la Vicepresidenta y su Fernández.
Antes de esto, y a título personal, el presidente de la CMT, Reinaldo Rodríguez, ya se había encargado de mostrar su malestar y disconformidad con la ocurrencia de la vicepresidenta.
El mismo día en que trasciende el informe de la CMT, y enarbolando las mismas razones de arbitrariedad, incoherencia y nula interrelación entre un sector y otro, la asociación Astel ha elevado al Consejo de Estado sus propias alegaciones.
Si De la Vega se empeña, que se empeñará, la ley saldrá adelante; pero, desde luego, va a tener que lidiar en los próxos meses con un sector poderoso, estratégico, y, esta vez, unido, ante una acción injusta, que entra en el gobierno del dinero de las empresas, y que quiere hacer pagar (como ya ocurre con el cine) los platos rotos a los que nada tienen que ver. El sector necesita nuevas inversiones para hacer realidad los proyectos de plantación de la sociedad del futuro… ¿A quién le ta la Española? ¿Para que sirve como no sea para servir a los políticos? Privatización YA.
PEDRO APARICIO PÉREZ
Director de prnoticias.com
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