Todo lo que está relacionado con Intet, los móviles y los ordenadores en general, llama poderosamente la atención de nuestros hijos, hasta el extremo de que en muchas ocasiones no saben parar. Se sienten incómodos si no tienen cerca una conexión a Intet, la consola o un móvil para chatear o mandar mensajes a sus amigos.
A veces, a los padres nos ocurre lo mismo. Lo prero que hacemos al levantarnos de la cama es encender el móvil y conectar el ordenador. Es un hábito sin el que en muchas ocasiones no podemos pasar; pero un mal hábito, sobre todo si estamos hablando de un domingo o un día que no tengamos que trabajar.
La solución a esta problemática, si nos referos a los pequeños de la casa, tiene que venir necesariamente de la educación que los padres damos a nuestros hijos. Me preguntaba el otro día un padre en un colegio de Valencia cómo enseñarles a distinguir entre utilizar un aparato o que un aparato les utilice y esclavice a ellos. Y esa misma pregunta debería servir para los adultos.
La respuesta no es difícil. Lo complicado es llevarla a la práctica cuando los chavales no son receptivos a nuestras recomendaciones. En cualquier caso, la prera norma sería predicar con el ejemplo. Es decir si les decos que no puede utilizar el móvil durante las comidas, nosotros tampoco. Si les decos que no se pasen chateando en el ordenador varias horas, nosotros tampoco.
Ese ejemplo que les demos servirá para que ellos mismos se den cuenta de la diferencia entre hacer un uso razonable de la tecnología y hacer un uso irracional. Porque lo cierto es que las nuevas tecnologías pueden suponer un peligro para chavales con una personalidad débil que son muy atractivas; enganchan desde el prer momento y podemos dedicar a ellas mucho tiempo sin darnos cuenta.
En Adicciones Digitales (www.adiccionesdigitales.es) cuando partos una charla en un colegio o una empresa, lo prero que recomendamos es el diálogo para que los chavales, y también los adultos, se puedan dar cuenta de que no es sano pasarse todo el día pegado al ordenador o pensando en él.
Ese es precisamente el peligro; que perdamos la noción de la realidad y nos pasemos un número de horas excesivo enganchados a la pantalla. Esto puede llevarnos a la adicción, a no saber vivir sin esos aparatos y a estar pegados todo el día y buena parte de la noche a ellos.
Todo ello puede provocar situaciones indeseadas como es el caso del aislamiento social y el abandono del círculo tradicional de amistades. Ahora sólo querrá estar en su habitación con Intet, todo el día conectado sin que nadie le interrumpa y sin relacionarse con otras personas, ya sean sus amigos de la calle o su propia familia. Porque muchas veces cambia radicalmente su vida y sus objetivos a corto y medio plazo. Deciden que la vida real no les interesa y prefieren la virtual.
En cualquier caso no podemos pensar que todo son peligros y malas noticias. Porque lo cierto es que las nuevas tecnologías tienen muchas más ventajas que inconvenientes. Facilitan el desarrollo humano, el conociento de otras culturas y la relación con personas a las que no nos podríamos acercar físicamente la distancia que nos separa. Nos permite acceder a mucha información que de otra forma sería difícilmente accesible, y ponen a nuestra disposición contenidos y recursos tanto educativos como de ocio.
Al final todo se traduce en una palabra: sensatez.