En la Tierra a viernes, noviembre 15, 2024

LA IZQUIERDA MADRILEÑA NO CONSIGUE MOTIVAR

 

Como siempre, los partidos políticos y sus aparatos de propaganda son previsibles. Cada cual extrae los datos que le procionan mayor autocomplacencia, y así seguos todos jugando al corro de la patatata. Mientras el Partido Popular se muestra eufórico en su corteza, en el interior del mismo las corrientes subterráneas siguen vivas y a la espera de encontrar su momento de asalto al control del Partido. Gallardón está discretamente desaparecido y Esperanza Aguirre tiene motivos más que suficientes para mostrarse eufórica, pero en su propio contexto. Los gestos del balcón de Génova, sede del Partido Popular, pequeño estrado donde escenifican las victorias y las derrotas del partido conservador, eran suficientemente clarificadores. Mientras el auténtico ganador, el candidato Mayor Oreja, dedicaba un brindis a su mentor, José María Aznar, el presidente del PP, Mariano Rajoy, se autoapuntaba, visiblemente forzado, a una victoria que
únicamente le dio un balón de oxígeno, no para legitar su candidatura a las elecciones generales del 2012, pero sí, al menos, para resistir hasta la presentación de la misma. Esperanza Aguirre, una mujer que se mueve instinto político y gestos, interiorizó la victoria sin brindis, era suya en gran medida. Y los datos la avalaban. Del largo medio millón de votos que los conservadores han sacado al Partido Socialista en toda España, trescientos mil eran suyos. Se los arrancó al PSOE de la mismísa cantera y granero socialista. De los pueblos del Sur, Fuenlabrada, Getafe, Leganés, Parla, Alcorcón, feudos socialistas que resisten, elección tras elección, desangrándose en cada una de ellas un poquito más. Aviso para navegantes y autocrítica prescindible. Las huestes de Aguirre están merendándose el efecto Tomás Gómez, el ex alcalde de Parla, nombrado Secretario General de la PSM, recientemente, es decir, de todos los socialistas madrileños. El personaje Gómez está siendo cocinado en Madrid a fuego lento.

 

Su discurso es pecable, pero muchas razones, la política de locomotora y liderazgo agresivo de Esperanza Aguirre se lo come vivo. Y eso lo sabe el Comité Ejecutivo Federal socialista que, con paciencia, lleva dos legislaturas exhibiendo la misma consigna: Hacer un líder toma su tiempo.

 

No hay tiempo, al menos tanto como creen en el PSOE, y en Madrid siguen sin acertar, ni en el Gobierno regional ni en el Ayuntamiento. Durante la campaña sucedieron muchas cosas, una de ellas, que el Director General de Comunicación de Feraz fue destituido en pleno clímax electoral. Algo estaba saliendo muy mal, y Leire Pajín no tuvo paciencia para esperar al siete de junio. La campaña fue desacertada, exenta de ideas y fuerza, y sin exposiciones claras de los valores socialistas. Mientras, Mayor Oreja, sin tapujos, decía lo que pensaba. Aunque sonara desagradable y obsoleto a la izquierda. Pero Mayor Oreja ha ganado.

 

Concha Minguela.
Directora de Gente en Madrid.
http://www.gentedigital.es/blog/ojocritico

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