Hasta ahora, existían medidas profilácticas para evitar episodios de trombosis asociados a operaciones de cirugía ortopédica mayor de cadera y rodilla, ya que son aquellas en las que el riesgo de sufrir una enfermedad trombótica venosa aumenta considerablemente en el paciente intervenido. Según el doctor David Jénez, del servicio de Neumología del Hospital Ramón y Cajal de Madrid, ‘los tratamientos actuales son lentos, presentan interacciones con otros fármacos y su efecto en muchas ocasiones es totalmente predecible’.
Por su parte, el Doctor Rafael Otero, del Servicio de Cirugía Ortopédica del Hsopital Clínico de Madrid, destacó de rivaroxaban que: ‘a parte de ser más eficaz que el tratamiento estándar, evita la iadministración inyectable y la sustituye una única administración oral al día’. Hasta el momento, son varios los estudios clínicos como el programa Record, en el que participan más de 12.500 pacientes, en el que se compara rivaroxaban con la enoxaparina inyectable. Los resultados, según el doctor Otero, ‘han demostrado una reducción del riesgo de un evento tromboembólico superior al 60 ciento’.
Para el año 2011, se espera que los diferentes ensayos clínicos que se están llevando a cabo en diferentes áreas de tratamiento, permitan la administración de rivaroxaban en el tratamiento y la profilaxis de patologías relacionadas con al coagulación de la sangre, como ejemplo la prevención del ictus en pacientes con fibrilación auricular o la prevención de la Enfermedad trombótica venosa en pacientes ya hospitalizados.
En otro sentido y tal y como comentaron los doctores Otero y Jénez en la presentación celebrada en Madrid, la llegada de rivaroxaban supondrá un ahorro tantíso en el gasto sanitario nacional, aunque todavía no se ha presentado un estudio del pacto económico de este nuevo fármaco, ‘la lógica nos hace pensar que una reducción en las visitas y el seguiento a los pacientes revierte directamente en una reducción del gasto’, comentó el doctor David Jénez.
Este lanzamiento ata luz en un ámbito sanitario que se mantenía en un segundo plano. Parecía que todo estaba inventado ya, que los anticoagulantes existentes eran los que eran, y que en este sentido poco más se podría avanzar. Teniendo en cuenta los datos y sabiendo que uno de cada 100 pacientes desarrollará un evento trombótico a lo largo de su vida, reconforta la idea de saber, que al menos, existen fármacos cada vez más efectivos y seguros en el tratamiento de esta patología.
