No todo vale en Intet. Acostumbrados a leer que el número de usuarios de las redes sociales sube como la espuma, la noticia que ayer lanzó The Wall Street Journal sobre los despidos de MySpace cayó como una bomba. No hablamos de cualquier cosa. El magnate Rupert Murdoch compró MySpace, que fue creada en 2002, a través de su empresa News Corp en 2005 580 millones de dólares. MySpace era vista como un referente mundial de éxito entre todas las redes sociales. En 2008 decían que superaba en usuarios a la mismísa Facebook en todo el mundo, y era la de mayor peso en Estados Unidos. En España superaba el millón de usuarios registrados, y la utilizaban el 45,28% de los internautas españoles.
La noticia del despido de un 30% de su plantilla no es un mero ajuste la crisis. MySpace es una ambiciosa red mundial disponible en 33 idiomas para responder a su naciento generalista. Sin embargo, el paso del tiempo la ha decantado como una red especializada para los amantes de música de minorías. Sus responsables la definían como un reflejo cultural de lo que pasa en el mundo, asegurando que era un sitio de entreteniento donde descubrir cultura popular. Se la tacha de tener un público culturalmente elitista, y su versión para móvil permite subir fotografías desde el teléfono, posible desde Facebook o Tuenti. Se convirtió en un trampolín de productos musicales y de ocio, arrinconando las relaciones personales que es corazón del negocio de Facebook.
MySpace ha evolucionado en estos años hacia una red de nicho, sin que sus responsables lo hayan evitado. Queda muy bien dirigirse a un público elitista, pero esa especialización no justifica el gasto de su disponibilidad en 33 idiomas, y oficinas abiertas en varios países. Los datos de ComScore dicen que MySpace alcanzó 70.255 millones de visitantes únicos en mayo, cantidad silar a la lograda Facebok. La diferencia entre los dos gigantes es que Facebook ganaba cerca de tres millones de nuevos visitantes, mientras MySpace perdía 700.000.
SUSANA BLÁZQUEZ, PERIODISTA
