El presidente Rodríguez se enfrenta a una misión posible en las próxas horas, desatascar el pacto social. Se ha escrito hasta la saciedad, empresarios y sindicatos tienen posturas tan enfrentadas que ZP tendría que sacarse un as de la manga para lograr algo en la cena de esta noche en Moncloa. Un ambiente relajado facilita el diálogo, pero lo que se juegan las partes, empleos, supervivencia empresarial, algo muy serio, no se ventila con una cena.
Las peticiones son casi irreconciliables, los sindicatos no admiten una reforma laboral , ni facilidades de despido, ni rebaja de cotizaciones sociales, sería para ellos suicida con millones de parados a la vista.
Los patronos están pidiendo 5 puntos de rebaja de cotizaciones sociales, que ponen al Estado contra la pared, con un déficit público ya muy alto.
La dificultad del pacto la remacha el ministro de Trabajo, Corbacho, cuando ha dicho algo que hasta ahora no se ha atrevido: “aceptar las peticiones de los empresarios cuesta 18.000 millones, poner en déficit a la Seguridad Social, y bajar las pensiones el año que viene”.
Los conocedores del presidente del Gobierno, que le han visto salir vivo de la trampa de Pacto de financiación autonómica, creen que dejará una puerta abierta, no sabemos con qué coste.
PD) Como se esperaba la carrera de fusiones de cajas está lanzada. Se fusionan las pequeñas cajas catalanas: Sabadell, Terrasa y Manlleu. Es una variante de agrupación de pequeñas para sobrevivir, en lugar de acabar engullidos una grande, o intervenidas. Prevalece la teoría de la CECA (patronal de las cajas): “cualquier cosa antes que ser intervenidas o privatizadas”. Suena numantino, pero las cajas no se van a dejar barrer, aunque algunos bancos sueñan con privatizarlas.
MIGUEL CIFUENTES, PERIODISTA
