La FAPE ha organizado esta mañana un debate sobre la cobertura de las elecciones en Irán y las revueltas que se originaron tras el fraude de las mismas. Los periodistas jugaron un papel fundamental en este momento que definen como histórico, pese a que las autoridades iraníes hicieran todo lo posible entorpecer su labor. Algunos de los que estuvieron allí, han contado cómo burlaron la censura y cómo vivieron la situación.
Todos coinciden en que las revueltas de Irán han marcado un punto de inflexión en aquella sociedad, que se ha despertado después de más de 30 años de la últa gran revolución auspiciada el ayatolá Ruhollah Jomeini, aunque también opinan que lo que está ocurriendo ahora no tiene tanto alcance como aquella vez, sino que es el principio del cambio.
Tomás Alcovero, que ha conectado vía telefónica a través de Intet con el debate, ha comentado que está empezando ahora un proceso histórico que será el principio del cambio y la reforma y que aquella revolución de hace 30 años está envejecida. Este corresponsal de La Vanguardia cuenta cómo cámaras y fotógrafos sufrieron más la persecución que sus compañeros reteros, algunos siendo incluso encarcelados.
Cuenta Alcovero que la represión empieza con el escándalo de las elecciones, algo en lo que coinciden todos. Yolanda Álvarez, corresponsal de TVE, comenta que se les dejó contar con libertad las revueltas que había en la calle a favor del candidato de la oposición Husein Mousavi, y que el control estricto a la prensa y a los propios manifestantes vino a raíz de que informaran del fraude electoral. A partir de entonces, cuentan, a la prensa extranjera especialmente se la toma como partidaria de la oposición y como instigadora de las revueltas. De este modo, tal y como explica Catalina Gómez, corresponsal de El Mundo, era para la prensa extranjera posible hablar con nadie del Gobierno, con fuentes oficiales, ya que vetaban a la prensa extranjera.
Informar desde Irán era complicado, ya que Intet y los teléfonos móviles raramente funcionaban. En el caso de las televisiones, enviar las piezas se complicaba ya que tenían que pasar la televisión iraní, y eso si llegaban a burlar el ‘filtro’ policial que les retiraba las cintas si es que habían grabado alguna revuelta. Yolanda Álvarez nos ha contado cómo una persona que no pertenecía a la televisión iraní, aunque ellos lo creyeran en un principio, se encargó de retrasarles en la edición del vídeo para que no pudieran enviar a tiempo la información satélite.
Para evitar precisamente todo esto, Mikel Ayestarán comenta que utilizaba vías no convencionales y no controladas para enviar su información. Y lo hacía a través de Intet, pese a las dificultades técnicas. Ayestarán, corresponsal de ABC y la EiTB ha criticado también a la prensa extranjera no saber ver las cosas desde la perspectiva iraní, no ser parcial, dando mucha más información sobre los opositores del régen, y cobrar más protagonismo que los verdaderos protagonistas.
Estos corresponsales nos han contado de prera mano cómo han vivido la desinformación. Irán decidió no renovar los visados, los periodistas tenían que largarse y el tiempo que les quedaba allí no lo pudieron aprovechar ya que no se les permitía hacer su trabajo. ‘El día 16 éramos turistas, ya no éramos periodistas, si hacíamos algo era bajo nuestra responsabilidad’, decía Yolanda Gómez. Y es que una de las razones que se daban para no renovar los visados es que no se podía garantizar la seguridad de los periodistas.
Una de las herramientas que ha utilizado la prensa para poder trabajar han sido las redes sociales. También ha tenido un papel muy tante el periodismo ciudadano. Pero los profesionales advierten que esto puede ofrecer un punto de vista muy parcial de lo que ocurre, y es un peligro.
Oscar Abui, del diario Público ha expuesto una visión bastante pesista de lo que ha ocurrido en Irán. Él cree que han ganado los represores puesto que los periodistas están aquí y no allí, perdiéndose toda la información que se está generando. No obstante, Catalina Gómez, cuenta cómo los iraníes se las ingenian para burlar la censura, para ofrecer distintos sitios desde los que acceder a las páginas, y explica cómo la prensa aprende a buscarse la vida en estas situaciones. Además, opina que tras todo esto a la gente le ha quedado bastante claro quién maneja el poder en Irán.
Pero la conclusión final ha girado sorprendentemente en torno a la crisis de los medios, puesto que estos profesionales han puesto de relieve que los medios están cada vez más ofreciendo menos información internacional el coste que supone, y que esta revuelta ha puesto de manifiesto la tancia y el alcance que puede llegar a tener la misma. De este modo, Yolanda Gómez ha lamentado que ni la pública ni ninguna privada hayan cubierto las elecciones de El Salvador, siendo la prera vez que gana la izquierda en el país.
Seguiremos informando…