Reproducos el comunicado enviado desde la Asociación Asusalud, referente a la situación actual del Sistema Nacional de Salud Español.
El sistema público de asistencia sanitaria, nuestro Sistema Nacional de Salud (SNS), está viviendo un proceso, más o menos encubierto, de privatización, contra el que se alzan algunas voces, posiblemente menos de las que serían necesarias para que los responsables de la gestión de la asistencia sanitaria decidieran tomar cartas en el asunto y actuar en el sentido contrario al que actualmente se vive. Se contentan con contraargumentar, que no ta quién dé la asistencia, pues lo tante es que se dé, al tiempo que contrastan que existen pocas voces de los ciudadanos en contra de lo que está sucediendo. Sin duda, estamos ante dos consideraciones difíciles de contrarrestar, lo que aquí tan sólo pretendemos poner en evidencia la falacia de tales argumentaciones, al tiempo que nos reafirmamos en el principio de defensa del sistema sanitario público como uno de los elementos constitutivos de nuestra Asociación, ASUSALUD.
Falta de participación
Desde el punto de vista de nuestra Asociación, el proceso de privatización de la asistencia sanitaria pública es una de las consecuencias de no haber cerrado la etapa iniciada con la Ley General de Sanidad que, en 1986 y respondiendo al mandato constitucional, creó el Sistema Nacional de Salud como instrumento para hacer realidad, con carácter universal, el reconociento del derecho a la protección de la salud (Art. 41 de la Constitución Española de 1978). Todavía está pendiente de cerrarse la universalización de la asistencia y, otro lado, puede decirse que prácticamente no se ha abierto lo que los promotores de la Ley de Sanidad consideraban una de sus señas de identidad, como era la participación de los ciudadanos en la gestión de la asistencia sanitaria. De esta falta de participación se deriva, en gran medida, el proceso de privatización emprendido determinados gestores sanitarios, al considerar que la respuesta a las demandas debe darse con independencia de lo que opinen los ciudadanos, como si se siguiera en el sistema de prestaciones de la Seguridad Social del anterior régen o, splemente, como se hacía en el régen de beneficencia. Es decir, el sistema sanitario sigue siendo algo ajeno a los ciudadanos, que esperan todo de él sin más.
Gestión privada
Con la asunción de la gestión de la asistencia sanitaria empresas privadas se cierra definitivamente la entrada a la participación de los ciudadanos, algo lógico en el modelo elegido, en donde sólo participan quienes corren con los medios para obtener beneficios de ellos. De ahí que, en contra de quienes propugnan que no ta quién dé la asistencia, parece claro que sí tiene su tancia. Con el alejamiento de la participación de los ciudadanos en la gestión, se rompe uno de los elementos que deberían haber caracterizado el nuevo modelo asistencial surgido al amparo de la Constitución Española.
Litación de prestaciones
Existe un segundo punto que, de alguna manera, es más tante que éste últo, pues se refiere a las prestaciones que, en el caso de ser gestionadas públicamente, los límites son indefinidos, en el sentido de que siempre tratan de responder a las necesidades de los ciudadanos; mientras que, en el caso de ser gestionadas privadamente, deben estar claramente definidas y delitada, a fin de que exista un ajuste con el presupuesto a pagar ellas.
En fin, se trata de dos consideraciones que no vemos que sean tenidas en cuenta a la hora de debatir sobre el proceso que, de distintas formas, se ha iniciado en nuestro Sistema Nacional de Salud. Algo que sentos, pues sus consecuencias son previsibles.
Miguel Ángel Folgado López
Presidente de Asusalud
Julio de 2009