El Consejo de Ministros del 13 de agosto prevé aprobar 240 euros mensuales durante seis meses, para los que agoten la prestación y el subsidio de desempleo. También prevé ayudas millonarias para los afectados los fuegos pavorosos de verano, que han arrasado media España. Lo ha anunciado el presidente Zapatero reiteradamente los últos días, espero que cumpla.
Nada que objetar. El apoyo los parados es para evitar un conflicto social, cuando tenemos casi un millón de familias sin ningún ingreso, y los que han perdido todo con el fuego, es lo menos que se puede hacer ellos.
Es difícil hacer un juicio parcial, un lado es justo no abandonar a los débiles, pero otro la solución es crear trabajo, no subsidios.
En una sociedad rica y moderna no debería haber problema para que todo el mundo tuviera trabajo, pero no se ha dado con la solución. En el mundo occidental, desde la II Guerra Mundial, existe un sistema de protección para el que pierde el empleo, hasta que encuentra otro, pero eso significa un fracaso, aunque es positivo que exista un colchón para evitar el hambre y la marginación de quienes padecen el paro.
Durante este año inútil de diálogo social, el dilema entre los agentes sociales era ése. Los patronos querían facilidades para crear empleo, menos puestos y cotizaciones, facilidades de despido. Los sindicatos no quieren dinamitar el Estado de Bienestar, o sea la protección y los subsidios, ni las pensiones de los jubilados.
Un observador parcial diría que los empresarios ofrecen la solución: más empleo, que es lo que quieren los trabajadores, pero los sindicatos quieren tener garantías de que las facilidades sean para crear empleo, no para despedir más barato.
PD: Felipe González, que sufrió una huelga general en toda regla, en los años 80, siempre sostuvo que “es mejor un empleo precario que nada”. Lo decía su famoso contrato juvenil temal, que le acarreó una señora huelga general.
Casi 25 años después del conflicto, seguos en las mismas. Zapatero la protección social a toda costa, apuntalado los sindicatos, la patronal más facilidades de despido y menos costes sociales y fiscales.
Es como un nudo gordiano, y en un país lleno de mileuristas.
MIGUEL CIFUENTES, PERIODISTA